
Avalancha de coches eléctricos de segunda mano que nadie quiere comprar
Si eres de los que está planteándose comprarse un coche eléctrico de segunda mano, felicidades, este es tu momento. Y es que la llegada al mercado de decenas de miles de unidades de los programas de leasing y renting provoca que los concesionarios se llenen de coches usados con un valor bajo y que nadie quiere comprar.

Así lo indica el diario alemán Wiwo.de, que citando fuentes del sector de los concesionarios, el mercado de segunda mano en Europa está viviendo una situación insólita. Tras años de crecimiento en las matriculaciones de coches eléctricos impulsado por ayudas públicas, planes de leasing y ventajas fiscales, ahora comienza a producirse un efecto secundario inesperado: los coches eléctricos de ocasión no encuentran comprador.
Los contratos de renting y leasing que se firmaron hace tres o cuatro años están llegando a su fin, lo que ha provocado una avalancha de eléctricos devueltos a concesionarios y operadores. Este fenómeno, que debería servir para aumentar el número de coches en la carretera al servir de puente a nuevos modelos para sus propietarios, se ha transformado en un auténtico quebradero de cabeza para el sector.

El interés por este tipo de vehículos es muy bajo. Según el informe, el comprador medio desconfía del estado de las baterías, teme una posible pérdida de autonomía y se ve condicionado por la rápida depreciación de valor que sufren estos coches. A ello se suma un factor psicológico importante: el mercado avanza tan rápido que muchos prefieren un eléctrico nuevo, con más autonomía y cargadores más rápidos, antes que un modelo de ocasión que ya se percibe como desfasado.
También está la cuestión de las ayudas o las promociones de los fabricantes, que muchas veces permiten sacar una unidad a precio casi de segunda mano. Algo que tiene su impacto en un tipo de cliente muy encima de la actualidad.
Los datos respaldan esta situación. Mientras que un coche de combustión de segunda mano mantiene un valor residual aceptable pasados dos años, en España según los últimos datos está entre el 60 y el 65%, un eléctrico puede perder más del 50% de su valor en el mismo periodo. Este desplome está afectando también a la venta de modelos nuevos, ya que los clientes saben que la inversión se deprecia a gran velocidad.
Como ejemplo, si echamos un vistazo a los portales de ocasión de Alemania, podemos encontrar unidades en buen estado y con menos de 100.000 km del Volkswagen ID.3, versión de 150 CV y 58 kWh, con 349 km de autonomía homologada cuando era nuevo, por apenas 14.900 euros. Y aún así, son unidades que tienen problemas para encontrar un nuevo hogar. Por menos de 4.000 euros hay unidades del Renault ZOE R240, que era un modelo muy competitivo para los que buscan un coche para la ciudad, y que en la unidad más económica su dueño indica que la batería mantiene el 91,5 % de SoH después de apenas 66.000 km.
Aunque el caso más evidente se observa en Alemania, donde los concesionarios acumulan stock de eléctricos que han vuelto de sus contratos de leasing o renting, el fenómeno no es exclusivo del mercado germano, y poco a poco se está extendiendo también a otros como Francia, Italia o España. Y todo esto a las puertas de una invasión china, tanto de modelos importados como por la apertura de las primeras fábricas, que será otro golpe para las unidades de ocasión.
Los expertos coinciden en que la clave estará en crear un mercado secundario sólido, donde el cliente pueda saber exactamente el estado de la batería, expidiendo un certificado oficial y otorgando una garantía a un elemento que raramente falla. Hasta que no exista esa seguridad, el comprador del mercado de ocasión seguirá mostrando cautela ante los eléctricos usados, y estos no harán más que aumentar en número y tiempo de espera para encontrar un comprador.