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La fotovoltaica vertical, una solución perfecta para la convivencia de la solar con la agricultura

La expansión de las grandes granjas solares muchas veces está siendo realizada a costa de suelo productivo. Un choque de intereses que cuenta con alternativas que permiten la convivencia. Es el caso de la agrivoltaica, que es una opción válida pero que se enfrenta a retos como su elevado coste. Ahora un grupo de investigadores proponen sistemas verticales que permiten reducir costes, y mantener el espacio prácticamente intacto.

Una investigación realizada por la Universidad Estatal de Oregón ha llegado a la conclusión de que la combinación de energía solar y actividad agrícola podría proporcionar hasta el 20% de la generación total de electricidad en los Estados Unidos, y hacerlo además afectando «mínimamente» el rendimiento de los cultivos.

Una colaboración que beneficiará a los propietarios de las tierras, y que permitirá contar con un espacio vital para la expansión de la energía solar. Por ejemplo, han indicado que con apenas el 1% de las tierras agrícolas actuales de Estados Unidos, se podría llegar a esa producción del 20% de la demanda eléctrica del gigante americano. A escala global, se estima que el 1% de todas las tierras de cultivo podrían producir las necesidades energéticas del mundo si se convirtieran en energía solar fotovoltaica.

Pero para lograrlo utilizando los métodos tradicionales, es necesario realizar una costosa instalación que eleve los paneles solares y permita la operación de la maquinaria sobre la tierra. La alternativa está en los paneles solares verticales.

El fabricante norteamericano Sunstall ha realizado una instalación experimental en la localidad californiana de Somerset, donde se han instalado un conjunto de paneles solares verticales en un viñedo. Un sistema formado por 43 módulos bifaciales de 450 W conectados a un microinversor y dos baterías.

Una de las características de este diseño es que se han usado los orificios en los marcos de los módulos para hacer una conexión, lo que elimina la necesidad de un sistema de soportes más pesados y complejos, y que permite por ejemplo poder utilizar paneles de diferentes tamaños sin tener que modificar la estructura. Algo que permite actualizar en un futuro la instalación fácilmente simplemente acercando o alejando los pilares.

Una instalación vertical que según sus diseñadores, utiliza un espacio mínimo de las tierras de cultivo, mientras mantiene más del 85% de la luz que llega a los cultivos.

Además, con paneles bifaciales la pérdida por la peor orientación se compensa ligeramente, lo que da como resultado un sistema flexible, más económico, y que permite la operación de toda clase de maquinaria en la zona de plantaciones, lo que facilita una mejor integración de la energía solar con las actividades agrícolas respecto a los sistemas tradicionales en suelo.

Pero una orientación diferente también abre según los expertos, las puertas a una producción en horas diferentes a las habituales en el sector solar, cambiando el rendimiento a horas de mayor demanda de electricidad y ampliando el suministro en los meses de invierno.

Completan los beneficios de esta tecnología vertical su menor exposición a factores ambientales, como granizadas o nevadas, ya que su posición evita que la nieve se acumule en su superficie.

Fuente | Sunstall

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