
Como el tren de alta velocidad aumenta las ventas de coches eléctricos
Un estudio de la Universidad de Pensilvania revela que la expansión de la alta velocidad en China ha impulsado significativamente las ventas de vehículos eléctricos, al reducir la ansiedad por autonomía y ofrecer una alternativa fiable para los desplazamientos largos.

La expansión de la red de trenes de alta velocidad en lugares como China no solo ha transformado la movilidad interurbana, sino que también ha tenido un impacto directo y cuantificable en las ventas de coches eléctricos. Así lo demuestra una reciente investigación de la Universidad de Pensilvania, que establece una relación clara entre la extensión del ferrocarril de alta velocidad y el incremento en las ventas de eléctricos en el país asiático.
Según el estudio, el crecimiento paralelo de estas dos infraestructuras —el tren de alta velocidad y el vehículo eléctrico— no fue planificado de manera conjunta, pero sí produjo una sinergia inesperada. A partir del análisis de datos mensuales de ventas en 328 ciudades chinas, los investigadores observaron que aquellas conectadas más tempranamente a la red ferroviaria experimentaron un crecimiento más rápido en la cuota de mercado de vehículos eléctricos.
En concreto, la presencia del tren de alta velocidad aumentó en promedio un 91% el volumen de ventas de eléctricos en dichas ciudades, y se estima que esta infraestructura podría haber contribuido hasta en un tercio del total de cuota de mercado.

Uno de los factores clave es la llamada “ansiedad por la autonomía”, un obstáculo recurrente en la adopción de coches eléctricos, que se mitiga si los usuarios disponen de una alternativa cómoda y fiable para los desplazamientos largos. En este sentido, el tren de alta velocidad, con velocidades que oscilan entre 250 y 350 km/h, se convierte en el complemento ideal para unos vehículos eléctricos más centrados en trayectos urbanos o de media distancia.
A diferencia de otros países, China ha podido desarrollar esta infraestructura de forma bastante rápida gracias al control estatal del suelo y a políticas de inversión pública masiva iniciadas tras la crisis financiera de 2008. Hoy, la red ferroviaria de alta velocidad china cubre más de 45.000 kilómetros y conecta al 96% de las ciudades con más de 500.000 habitantes, representando el 70% de la infraestructura mundial de este tipo.
Un buen ejemplo de cómo la movilidad eléctrica y la sostenibilidad tienden a generar sinergias es el comportamiento de muchos propietarios de coches eléctricos, que con el tiempo adoptan también soluciones como paneles solares en sus hogares. Del mismo modo, el desarrollo del tren de alta velocidad no solo impulsa la adopción del coche eléctrico, sino que además contribuye a reducir las emisiones frente a otros medios de transporte más contaminantes, como el avión. Una combinación claramente ganadora.