
El ascenso de la movilidad eléctrica en India frena la demanda de petróleo
India ya no será el motor de crecimiento del petróleo global que muchos esperaban. El auge de la movilidad eléctrica en motos y triciclos está frenando la demanda de gasolina, cambiando el rumbo energético del país más poblado del mundo.

La industria del petróleo se frotaba las manos con la India. Durante años, el otro gigante asiático con una población que ya supera los 1.400 millones de personas y una economía en desarrollo, era visto por los expertos como el relevo natural de China como motor del crecimiento en el consumo de crudo. Sin embargo, esa narrativa se tambalea. En 2025, la demanda de petróleo en India no crece como se preveía. Y una de las razones más relevantes está en la rápida adopción de la movilidad eléctrica.
´Según datos de Bloomberg, desde el año 2000, China incrementó su consumo de petróleo en casi 500.000 barriles diarios por año. Se trató de un fenómeno sin precedentes que transformó el mercado global. India, en cambio, nunca ha replicado esa trayectoria. Aunque su PIB ha crecido de forma sólida, la estructura económica es distinta. India ha apostado por los servicios, no por la industria pesada ni por infraestructuras energéticamente intensivas como hizo China.
En paralelo, la urbanización avanza más lentamente, con solo un 35% de población urbana frente al 65% rural. Además, la participación laboral femenina, otro factor que suele correlacionarse con mayor consumo energético, es significativamente menor que en otras economías comparables.
La clave: un parque móvil dominado por motos… ahora eléctricas

India no es una nación de coches, sino de scooters y tuk-tuks. Aproximadamente el 75% del parque móvil del país está compuesto por vehículos de dos y tres ruedas, responsables de una parte muy significativa del consumo de gasolina, y las emisiones.
Y es precisamente en este segmento donde la electrificación está avanzando con más rapidez. Mientras en muchos países occidentales el debate sobre el coche eléctrico se centra en berlinas y SUV, en India la revolución pasa por motocicletas y triciclos eléctricos de bajo coste.
Fabricantes locales como Ola Electric, Ather, TVS o Bajaj han lanzado modelos altamente competitivos en precio y autonomía para el mercado masivo. Estos vehículos no solo son más accesibles para la mayoría de la población, sino que también cuentan con costes operativos muy inferiores a los modelos de combustión, algo especialmente relevante en un país donde el precio del combustible supone una carga para millones de usuarios diarios.
Impacto directo: menor demanda de gasolina

Según estimaciones recientes, la demanda de petróleo en India crecerá este año solo en 130.000 barriles diarios, aproximadamente la mitad de lo previsto hace un año. De confirmarse, sería el menor crecimiento anual en una década, exceptuando la pandemia.
Este frenazo tiene causas estructurales, pero también tecnológicas: cada motocicleta eléctrica que reemplaza a una de gasolina reduce el consumo de combustible fósil, y el efecto agregado ya comienza a notarse. Las ciudades indias, además, están aplicando incentivos fiscales, subsidios directos y restricciones de circulación a vehículos contaminantes, lo que acelera aún más la transición.
¿Por qué India no será la nueva China del petróleo?

La comparación con China ya no se sostiene. Mientras Pekín entró de lleno en la fase de “boom industrial” a partir de 2001, India siguió un camino diferente. Aun habiendo alcanzado el umbral de renta per cápita (unos 4.000 $ anuales) que suele activar un fuerte crecimiento en la demanda de materias primas, el patrón de consumo indio ha sido menos intensivo en petróleo.
Además, India llega a este punto con una ventaja estratégica que China no tenía hace 20 años: la disponibilidad de soluciones eléctricas eficientes y baratas. Allí donde China dependía de gasolina para su parque móvil en expansión, India está logrando electrificar ese crecimiento desde su base.
India sigue siendo el tercer mayor consumidor mundial de petróleo, por detrás de Estados Unidos y China. Pero su rol como motor del crecimiento global del crudo está cada vez más en duda. Si antes se esperaba que aportara hasta 1 millón de barriles diarios adicionales de aquí a 2030, ahora esa estimación parece excesivamente optimista.

Este cambio tiene implicaciones directas para la OPEP, las petroleras internacionales y los mercados financieros, que contaban con India para compensar la desaceleración en China y el estancamiento en Europa y Norteamérica.
India no necesita una flota de coches eléctricos para alterar la balanza del mercado petrolero. Le basta con electrificar sus motos y rickshaws, algo que ya está sucediendo a gran velocidad y con efectos tangibles en la demanda de gasolina.
La transformación del país más poblado del mundo en un consumidor de energía más eficiente y diversificado tiene efectos profundos y duraderos. Si alguien esperaba que India replicase la trayectoria petrolera de China, debe revisar sus previsiones. El futuro energético de India será más eléctrico que fósil, y eso cambiará para siempre el mapa global del petróleo.