Comparativa de las emisiones de un coche gasolina contra un coche eléctrico. Desde la fabricación hasta el final de su vida útil
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Publicado: 10/02/2016 11:08
La Unión de Científicos Preocupados (UCS) ha lanzado un vídeo donde de una forma amena y sencilla podemos ver una comparativa del impacto a nivel de emisiones de un coche gasolina contra un coche eléctrico.
Aquí se ha tenido en cuenta desde el proceso de fabricación de cada vehículo, hasta las emisiones procedentes de la extracción, refinado y traslado de la gasolina, y también el impacto a la hora de moverse con uno de estos coches.[blocktext align=»left»]
Calculando las emisiones de CO2 de un coche eléctrico en España [/blocktext]Con estos datos se ha comparado las emisiones de cada uno. Por un lado vemos como el proceso de fabricación en ambos casos es casi idéntico. Hay una diferencia de 1 tonelada de CO2 a favor del gasolina (7 contra 8) por culpa de la batería del coche eléctrico. Una batería que por otra parte como veremos al final, puede ser reutilizada cuando termina la vida útil del propio coche.
Un diferencia que curiosamente el coche eléctrico logra compensar en un solo año de conducción respecto al coche gasolina.
A partir de aquí las diferencias se disparan. Teniendo en cuenta todo el proceso, en el caso del coche gasolina desde la extracción del petróleo, su refinado y su transporte, las emisiones llegan a las 57 toneladas. Por su parte el coche eléctrico depende del mix energético de cada país. Por ejemplo en Estados Unidos, donde las renovables avanzan pero todavía cuentan con una presencia menor que en nuestro país, el coche eléctrico tendrá unas emisiones a lo largo de su vida de 28 toneladas.
Otra diferencia, que no se indica en el vídeo, es que mientras las emisiones del coche eléctrico proceden principalmente de la producción de centrales térmicas, principalmente emisor de CO2, el coche gasolina (y especialmente el diésel en Europa) cuenta entre sus emisiones con peligrosas partículas contaminantes. Unas emisiones que además se producen en nuestro entorno, mientras que las centrales suelen estar alejadas de los centros urbanos.
Cuando los coches llegan al final de su vida útil, el reciclado de cada uno supondrá un coste de 1 tonelada de CO2. Pero en el caso del eléctrico, la batería puede ser reutilizada o reciclada para por ejemplo, servir de respaldo a los sistemas eléctricos, y mejorar de esa forma la presencia de energías renovables. Una forma de compensar esa tonelada de más que sufre durante el proceso de fabricación.
La conclusión es que un coche eléctrico logra recortar en un mínimo del 50% las emisiones de CO2 de un coche gasolina de similares características. Una diferencia que crece según lo hace la implantación de las energías renovables.