Una propietaria australiana del Tesla Model 3, se ha llevado un buen susto esta semana cuando un par de ladrones se llevaron su coche del garaje donde estaba estacionado. Pero con lo que no contaban estos amigos de lo ajeno es en la conectividad del vehículo, que convirtió un día más en la oficina en una pesadilla.
Y es que cuando los dos ladrones entraron en el coche, y lograron ponerlo en marcha, la propietaria que estaba en el mismo edificio recibió un aviso en su teléfono móvil. Una alerta que le indicaba que algo estaba pasando en su coche.
Al bajar al garaje ha visto que su Model 3 ya no estaba, así que con la misma aplicación pudo ver como se desplazaba, lo que le indicaba claramente que lo habían sustraído.
A partir de ahí lo que parecía un robo fácil, se convirtió en una experiencia inolvidable para los dos criminales ya que desde la aplicación la dueña del coche comenzó a realizar acciones como abrir las ventanas y hacer sonar el claxon, todo para distraer y molestar a los ocupantes.
Al mismo tiempo comenzaron la búsqueda usando la geolocalización de la propia aplicación, mientras avisaban a la policía, hasta que dieron con el coche aparcado en un estacionamiento a pocos kilómetros de su oficina, momento en el que los criminales decidieron dar por terminada su aventura abandonando el lugar, no si antes haber posado para el grupo de cámaras que había grabado todas sus aventuras, tanto en el garaje, como las del propio coche.
No solo eso, sino que estos ladrones en su apurada huída dejaron olvidadas las herramientas que habían usado para abrir el vehículo, e incluso uno de ellos su carné de conducir.
