Mitsubishi Heavy diseña un barco para transportar amoniaco y CO2 licuado
4 min. lectura
Publicado: 21/04/2022 20:03
Dado que algunos procesos industriales emiten forzosamente dióxido de carbono (CO2), en la vía hacia la descarbonización no queda otra que capturar el gas producido, para que no se añada al que hay ya liberado, y hacer algo con él. Ese «algo» puede ser convertirlo en combustibles sintéticos neutros en carbono, solidificarlo bajo tierra, etc. Emisor y procesador no están necesariamente cerca.
Para distancias cortas el CO2 se puede transportar con tuberías, pero a larga distancia el método ganador es el barco. Actualmente hay barcos que pueden transportar amoniaco (NH3) y dióxido de carbono licuado (LCO2), pero no hay uno que pueda mover indistintamente uno y otro, lo que provoca viajes de ida o de vuelta en vacío. Mitsubishi Heavy ha diseñado una nave que sirva para los dos propósitos, ahorrando costes y lógicamente emisiones.
La compañía japonesa construía barcos mucho antes de hacer su primer coche, es la materia en la que más experiencia acumulan desde 1884. Mitsubishi Heavy ha reciclado diseño de cargueros gasísticos, pero de momento es un concepto que no se ha materializado en el astillero. Confían en que la tecnología de Captura, Almacenamiento y Uso del Carbono (CCUS) suponga una reducción de emisiones de 4.300 a 13.000 millones de toneladas de CO2 en 2050.
Este gráfico ayuda a entender cuál es la cadena de la CCUS. Del punto de emisión el gas es capturado y licuado para facilitar su transporte, de ahí se transporta en barcos especialmente adaptados para que el traslado sea no solo económico y eficiente, que contribuya a una rebaja neta de emisiones. He aquí la trampa.
El comunicado de prensa no da ningún dato técnico ni detalles sobre el tipo de propulsión del barco. Eso sí, dan a entender que en la visión corporativa MARINE FUTURE STREAM para 2050 el sector marino estará descarbonizado. En un vídeo en el que Mitsubishi Heavy explica esto, se habla de barcos propulsados por amoniaco. Se trataría pues de máquinas parecidas a las actuales pero convertidas para usar amoniaco, pudiendo usar gasóleo marino cuando no quede más remedio.
Esta tecnología está en desarrollo. El amoniaco de momento no se puede usar al 100% en motores, más bien una mezcla del 95% amoniaco y 5% de gasóleo marino o sintético. En teoría las emisiones son inocuas, nitrógeno puro (N2) y vapor de agua (H2O), pero cuando la combustión es perfecta. Hay que solucionar el problema de generación de N2O, un óxido de nitrógeno más conocido como óxido nitroso o gas de la risa.
En este contexto, parte lúdica (*) aparte, es algo que debe evitarse por normativa, su liberación es 283 veces peor que la del propio CO2, dado su efecto en el efecto invernadero. Por otra parte, todo el gasóleo marino que se acabe usando, aunque solo sea el 5%, liberará CO2, aunque una fracción muy pequeña en relación a todo el que el barco transporta en estado líquido para evitar su liberación.
Los mencionados problemas deberían estar siendo considerados por los ingenieros, si queremos que esto de la CCUS no acabe siendo una trampa aritmética que no signifique una reducción de emisiones real.
NOTA: Por si lo desconocías, las autoridades sanitarias desaconsejan el empleo de N2O a nivel lúdico por los efectos secundarios que produce. Para profundizar un poco, dejo enlazado un vídeo de Órbita Laika, donde lo explican adecuadamente.