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Stellantis afirma que fabricar un coche eléctrico es un 40% más caro, lo que podría provocar el cierre de muchas plantas

Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis, ha aprovechado su presencia en el CES 2023 (Consumer Electronics Show) de Las Vegas para advertir de que la transición a la movilidad eléctrica podría afectar negativamente a los niveles de empleo del sector automotriz; y más concretamente, a sus plantas estadounidenses y europeas.

El polémico directivo afirma que los coches eléctricos son un 40% más caros de producir que sus contrapartes térmicos, motivo por el que los fabricantes deben encontrar la forma de absorber los costes adicionales, pues de lo contrario los automóviles dejarán de ser accesibles para el grueso del público, lo que a su vez afectará negativamente al mercado laboral.

«En cualquier lugar donde se introduzca una tecnología que sea un 40% más cara que la anterior, debe trabajarse duro para mejorar el modelo de negocio a través de costes fijos y variables. Si el precio promedio aumenta debido a las ventas de vehículos eléctricos, entonces existe el riesgo de que el mercado en su conjunto se reduzca«.

Es interesante señalar que, a pesar de la actual crisis energética y de los problemas en el suministro de semiconductores, Stellantis obtuvo un beneficio neto de 8.000 millones de euros durante la primera mitad de 2022, un 34% más que en el mismo período del año anterior. Esto se traduce en un abultado margen de beneficio del 14%.

Citroën ë-C4

Stellantis alcanzará la paridad de costes entre coches térmicos y eléctricos en 2026

A esto deberíamos sumar el hecho de que fabricar un coche eléctrico es mucho más sencillo debido a la menor cantidad de piezas utilizadas. El elemento más caro sigue siendo la batería; sin embargo, el propio Tavares estimó hace unos meses que para el año 2026 será más barato producir un coche eléctrico que uno térmico.

«En 2026, según nuestras previsiones, tendremos una igualdad en la estructura de costes de las dos tecnologías. Esto será posible gracias a las economías de escala resultantes de un mayor volumen de producción». Por lo tanto, sus últimas declaraciones parecen más bien una forma de justificar el futuro cierre de algunas de las plantas del grupo, véase la de Jeep en Illinois (Estados Unidos), que actualmente se encuentra en la cuerda floja.

«Hoy no hay otra opción que no sea absorber los costes adicionales de la electrificación. Eso significa que será necesario tomar algunas decisiones impopulares. Si dejas de trabajar en el coste en esta industria, pasas de todo a nada en tres años».

Fuente | Autocar

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