Había mucha expectación en la reunión de accionistas de estas semana en BMW. Una presentación de resultados, que sería el escenario perfecto para conocer el estado de ánimo de los inversores de esta apuesta del fabricante alemán.
A pesar de que las cifras de ventas todavía son muy bajas, 2022 unidades en los tres primeros meses, las sensaciones han sido muy buenas. Los accionistas de BMW han respaldado la apuesta por el coche eléctrico del actual consejo, y lo ven como una apuesta de futuro muy importante.
Como decimos, las cifras de ventas de momento son modestas. En 2014 se espera alcanzar las 20.000 unidades entre el BMW i3, y el i8. Una pequeña parte de los 2 millones de coches que los alemanes venderán en este ejercicio. Pero esto no ha supuesto ningún problema para un consejo que ha avalado la fuerte inversión tanto en tecnología, como en publicidad. Una apuesta de la que los inversores están seguros obtendrán beneficios a medio y sobre todo, largo plazo.
Ahora BMW se esfuerza en ampliar su capacidad de producción para atender una demanda que no para de crecer. Una producción que depende en gran medida de la fábrica de Moses Lake, de donde llega la fibra de carbono para el cuerpo del i3, y que ahora tendrá que redoblar sus esfuerzos con la llegada del i8, y sobre todo, la apertura del mercado norteamericano.
Vía | Handelsblatt (alemán)
