El elevado coste del bajo peso. Las reparaciones del cuerpo de aluminio del Tesla Model S
Para tratar de mantener el peso lo más contenido posible, Tesla ha optado por el aluminio para fabricar el cuerpo del Model S. Una opción que permite que incluso montando una batería de 85 kWh, la cifra en la báscula no penalice demasiado sus prestaciones.
Pero este bajo peso tiene un coste en forma de reparaciones. Son muchos los usuarios que están descubriendo que cualquier paso por el taller para reparar un pequeño daño en la chapa del coche supone una factura de proporciones astronómicas.
Por ejemplo reparar una simple abolladura, que en un Mercedes sale por unos 1.600 euros, puede llegar a los 6.000 euros en un Model S. En caso de que el choque haya sido más importante, tanto como para por ejemplo dañar ligeramente el frontal, la factura puede subir hasta nada menos que los 39.000 euros.
También hay que tener en cuenta que la reparación del cuerpo de aluminio requiere una maquinaria y una mano de obra especializada. Para lograr un equipamiento homologado por Tesla para este modelo, el taller debe afrontar una inversión de unos 86.000 euros. Una cifra que dada la pequeña cantidad de unidades en el mercado, hace que muchos usuarios no tengan acceso a una de estas instalaciones en su zona de residencia.
Los componentes tampoco son precisamente económicos. Un simple remache puede costar más de 20 euros y un tubo de sellado para las juntas cuesta 86 euros, mano de obra aparte. Tesla incluso cobra hasta 130 euros por conceptos tan extraños como «asegurarse de que la batería permanece cargada durante la reparación».
Esto significa que si dejamos aparcado el coche en la calle, y tenemos la mala suerte de que aparezca uno de los muchos energúmenos que disfrutan dañando coches estacionados, la factura puede llegar a ser realmente escalofriante incluso si lo comparamos con otros coches de su segmento.
Vía | Greencarreports