Las baterías de níquel-metalhidruro (NiMH) se resisten a morir
En los últimos años los fabricantes de coches eléctricos se han lanzado al uso masivo de baterías de litio, quedando las viejas baterías de níquel-metalhidruro reservadas a los modelos híbridos. Esto es debido principalmente a que las baterías de litio cuentan con ventajas como su menor peso, sus mejores tasas de densidad energética.
Pero ahora BASF están investigando una nueva tecnología que permitirá disparar la densidad energética de las baterías NiMH. Mediante un nuevo sistema han conseguido multiplicar por 10 la densidad energética de estos acumuladores, que en la actualidad llegan a alcanzar tasas de 140 WH/kg.
No parece demasiado, ya que una batería de litio actual ya puede igualar o superar esta cifra. Pero hay matices a favor de la tecnología que desarrolla BASF.
El primero es que la capacidad energética de una batería de litio a pesar de ser superior, es siempre una tasa en bruto. Normalmente los fabricantes dejan un margen de protección que hace que en la práctica la cifra se de media quede entre 60 y 120 WH/kg reales.
Una de las principales ventajas de las baterías de niquel es que cuentan con una vida útil extremadamente larga. Algo que les ha permitido ser las elegidas para alimentar los modelos híbridos de las últimas décadas.
Otro aspecto a su favor es el económico. Las baterías de litio según BASF, necesitan complejos sistemas de control para cada celda y normalmente sistemas de refrigeración líquida, que permiten mantener las baterías dentro de una temperatura idónea. Algo que incrementa su peso, y también el coste del conjunto. Por su parte las baterías de níquel a pesar de ser más voluminosas y pesadas, no necesitan sistema de refrigeración.
En el lado negativo está el peso y el espacio que ocupan las baterías NiMH respecto al litio. También la una evolución de las baterías de litio que podría hacer los esfuerzos por aumentar la capacidad de esta tecnología un esfuerzo inútil. En dos o tres años tendremos la segunda generación de baterías, y sobre todo, una industria que está en su conjunto invirtiendo importantes sumas de dinero en el desarrollo de las baterías de litio y sus alternativas naturales (litio aire, litio azufre…etc)
Pero por otro lado las baterías de níquel-metalhidruro podrían tener su propio nicho de mercado en modelos de baja autonomía y bajo coste, así como otras aplicaciones fuera del transporte personal.
Vía | Technologyreview