La recarga rápida de taxis eléctricos en Barcelona
La asociación japonesa CHAdeMO, junto con el ayuntamiento de Barcelona, han realizado un despliegue de puntos de recarga multiformato en la capital catalana, como una forma de dar servicio a los usuarios, y también para conocer los hábitos de recarga y las necesidades reales de sectores como el del taxi.
Con la ayuda del Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC) los organizadores de esta prueba han colocado una serie de cargadores rápidos por toda la ciudad. La idea era crar una red donde los puntos no estuviesen separados más de 2 kilómetros en el centro de la ciudad, o 6 kilómetros en las afueras. Todo para demostrar que existe demanda, y que con una buena infraestructura el uso se dispara entre los ya 15 taxis eléctricos que recorren las calles de Barcelona.
Esta diferencia según los organizadores se explica en que las estaciones tienen limitado el tiempo de recarga a 30 minutos. Esto significa que los modelos como el BYD E6, debido al mayor tamaño de su batería, necesitan realizar su recarga en dos sesiones.
De media se ha visto que hay entre 4 y 5 coches eléctricos por cargador rápido cada día, contando conectores AC y DC juntos. Esta frecuencia de uso es bastante mejor si la comparamos con otros proyecto similares realizados por la Asociación CHAdeMO, donde apenas se han llegado a las 0.54 sesión de carga / día.
Entre los cargadores de uso más frecuente fue el situado en la Estación de Sants. La estación central de trenes de la ciudad, donde hay una importante parada de taxis que cuentan con una estación de carga multiformato.
Según los organizadores, la Ciudad tiene la intención de añadir un segundo cargador en esta estación, así como iniciar la expansión del punto situado de la zona del Gran Metropolitano, que dará como resultado un despliegue de 20 puntos de recarga rápidos para finales de este año.
Eso siempre y cuando las autoridades no sigan poniendo problemas a la hora de realizar las instalaciones. Para los organizadores, las dificultades burocráticas hacen que el despliegue de este tipo de puntos sea mucho más lento de lo esperado, con una estimación entre la solicitud del permiso y la ejecución del proyecto de unos cinco o seis meses por punto.
Fuente | CHAdeMO