Lightning LS-218. No es tan fácil hacer una buena moto eléctrica
Lightning es uno de esos nuevos fabricantes que se han propuesto que las motos eléctricas se conviertan en una opción válida, incluso cuando hablamos de modelos de potencias elevadas. Pero este proyecto sirve como ejemplo de que el camino no está siendo para nada sencillo para estos pequeños desarrolladores.
La Lightning LS-218 lleva teóricamente en el mercado desde el pasado año, cuando se entregó la primera unidad, pero desde entonces no se han conocido nuevas entregas. Una reciente prueba de los chicos de Translogic han sacado a la luz algunos problemas, que pueden estar detrás de una llegada anunciada, pero no completada.
Antes de nada recordamos algunos de los datos más importantes de este modelo.
La LS-218 monta un motor eléctrico de 150 kW (204CV) con un demoledor par de 227 Nm para apenas 226 kilos, y disponibles desde cero revoluciones. Una garantía de diversión que además le permite ser la moto eléctrica más rápida en producción, con una marca que además le da nombre, 218 millas por hora, 351 km/h.
Para la batería Lightning ha seguido e modelo Tesla. Los interesados tendrán tres opciones para este apartado, que determinarán la autonomía, pero también el peso. El pack básico cuenta con 12 kWh, suficientes para alcanzar los 160 kilómetros de autonomía. El pack medio dispone de una capacidad de 15 kWh, y nos permite recorrer unos 193 kilómetros, mientras que la batería de mayor capacidad llega a los 20 kWh, con los que podremos recorrer según el fabricante hasta 290 kilómetros con cada carga.
Hasta aquí todo bien. Pero lo difícil es lograr trasladar estas prestaciones a un producto final, algo que parece que Lightning no está logrando conseguir.
Durante la prueba realizada por Translogic, la moto ha tenido algunos problemas. El primero y más comprensible es que se trata de una moto pensada para la competición, por lo que su conducción no para nada cómoda o suave. Algo a lo que contribuyen los 226 kilos de peso, que hace complejo su manejo en el día a día fuera del circuito.
Pero durante la prueba la moto también ha tenido algunos problemas técnicos. Estos no han permitido al probador sacar todo el partido a una moto que sobre el papel tiene la pinta de poder comerse el mundo, pero que a la hora de la verdad se queda en un buen intento, pero lastrado por dificultades técnicas, tecnológicas, y también económicas ya que hablamos de un modelo que en su versión más económica parte desde los 35.000 euros.
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