No, no es que el fabricante haya decidido comenzar la producción de la nueva versión del clásico, se trata de una conversión del modelo original que recorrió las carreteras alemanas entre los años 1957 hasta 1991, al que han sustituido su pequeño motor gasolina por uno eléctrico impulsado por 58 baterías Odyssey de plomo ácido. Alcanza los 112km/h por los 100km/h que alcanzaba su versión gasolina lo que pone de manifiesto dos cosas, que los motores eléctricos superan a los vetustos de explosión y además permiten darle una nueva vida a coches que en otro caso estarían condenados a la chatarra, con el consiguiente despilfarro.
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Fuente:
http://green.autoblog.com
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