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¿Están las empresas de reciclaje preparadas para la llegada masiva de baterías de iones de litio?

Uno de los primeros coches eléctricos modernos fue el Tesla Roadster, que comenzó a llegar a sus primeros propietarios en el año 2008. En el año 2009 se produjo el desembargo del Mitusbishi i-MiEV, en 2010, el del Nissan LEAF, y entre 2011 y 2013, los Renault Twizy, ZOE, Fluence ZE y Kangoo ZE. Como puede verse, casi ningún coche eléctrico moderno ha llegado al final de su vida útil, pues son todos relativamente recientes. Sin embargo, cada vez se acerca más el momento en el que los primeros coches eléctricos cerrarán su ciclo de vida.

Esto conllevará algunos problemas que hasta ahora no se habían dado. El principal y el más preocupante es el relativo al reciclaje de las baterías de iones de litio. Este tipo de baterías tienen una gran cantidad de sustancias contaminantes, por lo que su reciclaje una vez la vida útil del vehículo que las equipaba haya terminado será vital para conseguir que el coche eléctrico sea verdaderamente sostenible.

Al problema medioambiental se une también un problema económico. Algunos materiales, como el cobalto o el litio, son caros de obtener. Su recuperación de las baterías usadas podría servir para disminuir la presión de la demanda sobre las minas de extracción; sin embargo, por el momento es un proceso que todavía no está demasiado avanzado.

Podemos distinguir varios métodos para reciclar baterías y recuperar sus materiales. El más sencillo desde un punto de vista energético es la separación mecánica, sin embargo, esto dificulta poder recuperar algunos materiales. Otro método es el de la separación química: las celdas se disuelven, y mediante procesos químicos se recuperan algunos materiales. Una tercera opción es moler las baterías hasta que se hacen polvo, y después separar los materiales en varias etapas. Un proceso complejo y que requiere mucha energía.

Ninguno de estos métodos sirve para reciclar por completo una batería. Por ejemplo, a día de hoy, los fabricantes funden las celdas para poder separar después el cobalto, uno de los materiales más caros de una batería. Sin embargo, no hay ningún método especial para separar el litio para su reutilización, por lo que se tiran los restos sobrantes de la batería a vertederos.

Si bien la Unión Europea obliga a reciclar todas las baterías de litio, y sobre el papel así se hace, estos métodos no son eficaces a la hora de garantizar la sostenibilidad del proceso. Por ello, los fabricantes de baterías están estudiando formas de poder reciclar las baterías por completo antes de la llegada masiva del coche eléctrico al mercado.

Fuente | chinadialogue

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