Especial. Estado del coche autónomo: dónde estamos y hacia dónde vamos
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Publicado: 16/09/2018 12:25
Está claro que los coches voladores siguen siendo una utopía, pero los coches autónomos, que parecían algo de ciencia ficción hasta hace poco, han pasado de ser cuestión de futuro a una del presente. Hay grandes nombres que trabajan incansablemente en el desarrollo de un diseño viable, con lo cual, es probable que veamos los primeros coches sin conductor en la carretera (y no en pruebas), en unos dos o tres años, al menos en Estados Unidos.
Pero, ¿dónde estamos exactamente en el camino hacia la transformación de la experiencia de conducción/movilidad actual? A lo largo de este especial haremos un repaso del estado de los coches autónomos a día de hoy y lo que podemos esperar en el futuro cercano. Empezamos.
Compañías inmersas en el desarrollo y prueba de vehículos autónomos.
Los nombres involucrados en la creación de este fantástico producto son impresionantes. Comenzando con fabricantes de automóviles muy conocidos, entre los que destacan BMW, Mercedes-Benz, Volkswagen, General Motors, Tesla, pasando por empresas de transporte como Uber o Lyft, compañías de tecnología (Apple o Google) hasta llegar a fabricantes de hardware (NVIDIA, IBM o Intel).
Todos tienen interés en desarrollar vehículos autónomos, por lo que no es de extrañar que todo tipo de empresas trabajen en ello. Pero, ¿quién ha logrado dar un paso más allá de la fase de prueba?
Por ahora, destacan Uber, Google (con Waymo) y Tesla (Autopilot), sin olvidad AutoX que ha hecho entregas con vehículo autónomo. General Motors y Apple están con sus respectivos proyectos, pero sin ofrecer información completa de sus progresos. Estas compañías están realizando pruebas en los Estados Unidos y Europa, con la intención de implantar este avance a nivel internacional.
Obtuvieron resultados impresionantes que respaldan la teoría de que los coches autónomos pueden ser una realidad para el año 2020. Si bien es posible que todavía no tengan un vehículo ‘operativo’, compañías como BMW, Volvo y/o Ford también están participando en la carrera por un nuevo concepto de conducción, y seguramente tengan novedades muy pronto.
Obstáculos a superar
El principal obstáculo es la seguridad, especialmente la de los peatones. Mientras que los coches autónomos implementan sensores y software muy avanzados, todavía tenemos que lidiar con la realidad de los accidentes. Simplemente, hay muchas cosas que esos sistemas deberán predecir, en especial, el comportamiento humano y sus ‘excepciones’.
Tanto Tesla como Uber se han enfrentado a las consecuencias de que sus vehículos autónomos hayan tenido accidentes, algunos con víctimas mortales. Google está envuelta en una situación similar, pero sin víctimas. Todavía hay muchas cosas por resolver en este apartado, y la cadena de responsabilidad es una de ellas.
También está la seguridad de otros coches conducidos por humanos y el problema de leer señales defectuosas que pueden ser fácilmente interpretadas por humanos, pero no por sistemas automatizados. Estos problemas se pueden resolver mediante el uso de diseños avanzados de IA, pero por ahora siguen siendo un gran obstáculo.
Además de estos aspectos, los desarrolladores también deben considerar la infraestructura vial, las estaciones de carga (en caso de que todos conduzcamos coches eléctricos), el sistema de propiedad de automóviles y más. Por ahora, la mayoría de los fabricantes trabajan en la creación de flotas de automóviles que pueden ser solicitados por cualquier persona que necesite transporte, a modo de servicios bajo demanda.
También hay empresas y/o startups que trabajan en la aplicación de estas tecnologías para la última milla, creando vehículos para distribución de mercancías o reparto de pedidos online, Nuro, AutoX, Navya son algunas de ellas, y es un sector que tiene mucho potencial y, probablemente, sea el primero en dar el gran salto. En la siguiente entrega veremos cómo se traducen estos esfuerzos en términos de costes e implicaciones para el futuro.
¿Cuánto costará?
Ahora bien, las inversiones que han realizado estos gigantes tanto en desarrollos como en pruebas, repercutirán en el precio de estos vehículos/servicios. Así que, en esta segunda parte, veremos en cuánto se traduce esto para un particular y cómo puede definir el futuro de esta nueva modalidad de transporte.
Los especialistas predicen que los primeros vehículos autónomos tendrán precios exorbitantes y completamente fuera del alcance de la mayoría de las personas. Esto es comprensible si considera la cantidad de tecnología y el hardware necesario para su construcción, además de recursos humanos para gestionar y llevar a cabo pruebas, tanto en vías privadas como públicas.
Por ejemplo, solo el sistema LIDAR de un coche autónomo actual cuesta alrededor de 75.000 dólares, por lo que podemos esperar que un coche autónomo cueste alrededor de 150.000 dólares, dependiendo del coche que sirva de base. Sin embargo, los fabricantes de automóviles y los líderes de la industria tienen la esperanza de que el costo total por automóvil disminuya considerablemente el año 2025.
Si bien esta predicción puede ser demasiado optimista, tenemos que considerar la velocidad del avance tecnológico que nos llevó a los primeros coches autónomos ‘reales’. Si todo funciona como se espera, los usuarios particulares puede que no tengan la necesidad de pensar en el precio total del automóvil, ya que el modelo de propiedad puede que cambie notablemente en el futuro.
¿Cómo se verá el futuro?
En general, los coches autónomos no están tan lejos, pero ¿cómo van a funcionar en el futuro? ¿Cómo funcionará el sistema de tráfico y dónde estaríamos nosotros, los humanos/peatones?
Aquí hay algunas consideraciones que se deben tener en cuenta cuando se piensa en el futuro con coches autónomos:
Niveles más bajos de contaminación atmosférica y acústica
Se espera que el vehículo del futuro sea eléctrico y que usemos energía solar para alimentarlo, el ideal. En este caso, los niveles de contaminación en las grandes metrópolis caerán significativamente. Además, los autos eléctricos son más silenciosos y requieren menos mantenimiento.
Menos tiempo en el tráfico (sin atascos)
En un mundo donde todos los coches están automatizados y se comunican entre sí de manera efectiva, la máquina tomará las decisiones. En este sentido, la IA de cada automóvil sabrá cuáles son las vías con más tráfico. Calculará la ruta óptima para llegar al destino en el menor tiempo posible. Además, dado que cada automóvil sabrá qué hacer, no habrá atascos.
El diseño del automóvil será diferente
En este momento, el vehículo está configurado para adaptarse a las necesidades de un conductor humano y sus acompañantes, pero es probable que esto cambie en el futuro. Solo seremos pasajeros, por lo que el interior se adaptará para proporcionar el máximo confort a varias personas, mientras que el exterior se adaptará para la máxima eficiencia, velocidad y seguridad.
Sin propiedad
Parece que, en un futuro en el que los automóviles pueden hacer recados por sí mismos, no necesitaremos tenerlos en propiedad. En cambio, los vehículos pertenecerán a compañías proveedoras (o poseedoras de flotas), y los usaremos siempre que los necesitemos, como un servicio bajo demanda.
Esto significa menos dinero invertido en mantenimiento y propiedad, sin necesidad de preocuparse por el seguro o robo. En general, las preocupaciones actuales relacionadas con un automóvil simplemente desaparecerán.
Sin accidentes con fatalidades
En este momento, el número de personas que mueren o tienen secuelas por un accidente de tráfico es extremadamente alto. En la mayoría de los accidentes, el error humano es el principal culpable. Por eso, cuando el factor humano se elimina del proceso de toma de decisiones, los especialistas esperan una caída dramática en el número de accidentes.
Más espacio para peatones
El aspecto de las ciudades cambiará porque ya no necesitaremos tantos espacios de aparcamiento. Esto significa más espacio para peatones y vías alternativas para bicicletas, patinetes eléctricos. También se espera que hayan más espacios verdes y parques infantiles más grandes, pero lo más importante es que los coches ya no se ubicarán al costado de la carretera, ocupando un espacio que podemos usar para cualquier otra cosa.
Cómo probar funciones de conducción autónoma de bajo costo ahora
Los coches que tienen nivel 2 o 3 de autonomía ya están aquí. Estas características se pueden disfrutar en los últimos modelos de Tesla, BMW o Mercedes-Benz. Comenzando con el frenado automático cuando los sensores detectan una posible colisión, asistentes para cambio de carril y logran pasar a la conducción completa con la asistencia del conductor, todas estas funciones son las que hacen que conducir sea un poco más fácil.
Como es lógico, la mayoría de estas características se incluyen en modelos más caros de fabricantes premium. Sin embargo, hay una amplia gama de vehículos asequibles que incluyen algunas de estas tecnologías.
Destaca Nissan con ProPILOT, incorporado recientemente en el LEAF, que cuenta con diversas funciones que automatizan varios aspectos de la conducción. En nuestro país, Seat incluye el Asistente de atasco, el coche se encarga de acelerar y frenar midiendo la distancia con el coche que nos precede. También cuenta con el Asistente de emergencia, con el que el coche tomará decisiones en casos extremos.
El control de velocidad de crucero adaptativo es prácticamente un fijo en modelos muchas marcas generalistas. Al igual que los sistemas de asistencia al aparcamiento. Subaru, Toyota, Volkswagen y Volvo también brindan muchas características de conducción semiautónoma en varios de sus modelos actuales.
Como podemos ver, la mayoría de los fabricantes se centran en la introducción progresiva de nuevas características en sus modelos más nuevos, y esto es una gran noticia. Sin embargo, las nuevas tecnologías tardan un tiempo en ser asequibles, entonces ¿por qué estos modelos económicos las tienen?
El punto es que las tecnologías mencionadas se comercializan como mejoras de seguridad. Debido a las nuevas regulaciones en distintos mercados, los fabricantes deben incluirlo en sus paquetes. Esta es la razón por la cual los precios son más bajos y más compradores pueden pagarlo.
Por ejemplo, el Toyota Corolla 2017 viene con control de crucero adaptativo, alerta de cambio de carril con asistencia de dirección y frenado automático con detección de peatones, todo por unos 20.000 dólares. Un ejemplo de Norteamérica pero que sirve perfectamente de referencia del punto en el que estamos con los vehículos convencionales disponibles a día de hoy.
Conclusión
Todos queremos saber cómo será el futuro, lo que sabemos con certeza es que será más que interesante. Después de todo, la industria del automóvil necesita un soplo de aire fresco para llevar la tecnología al siguiente paso. El coche se ha mantenido sin cambios sustanciales por demasiado tiempo y los fabricantes necesitan mejorarlo, y se lo han propuesto.
Por supuesto, sabemos que este gran paso tomará cierto tiempo para llegar al futuro que los especialistas predijeron. Seguramente que estaremos más que felices al ver los coches eléctricos y autónomos de nivel 3 circulando por las calles. Es un paso clave hacía un entorno con carreteras más seguras.