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Honda está investigando en baterías de iones de flúor para reducir drásticamente el peso de sus futuros coches eléctricos

Muchos fabricantes de automóviles, inmersos en pleno proceso de electrificación de sus modelos, están comenzando a investigar, bien por su cuenta o bien asociándose a otra empresa, nuevas tecnologías para las baterías que logren paliar los dos mayores defectos que a día de hoy se pueden achacar a un coche eléctrico (y que están relacionados): el alto peso y el bajo rango de autonomía.

Una de las marcas que está centrando sus esfuerzos en disminuir el peso de las baterías que equipan estos coches eléctricos es Honda, que ha comenzado a investigar en el uso de células de iones de flúor en colaboración con investigadores de la NASA y de CalTech. Esta tecnología permite alcanzar densidades de energía hasta diez veces superiores a las celdas de baterías de iones de litio que se utilizan actualmente, lo que permite por un lado rebajar sustancialmente el peso y por otro aumentar significativamente la autonomía.

Los estudios realizados por los investigadores de Honda ya se encuentran en una fase muy avanzada, y creen que esta tecnología es viable siempre y cuando logren eliminar los problemas que presentan estas celdas. Uno de los principales es que los iones de flúor no fluyen a través del electrolito sólido si el sistema se encuentra por debajo de los 150 ºC.

Este problema se ha solventado en parte gracias a la utilización de un electrolito líquido a temperatura ambiente compuesto a base de ciertas sales, que hacen que la célula de batería cargue y emita electricidad a temperatura ambiente. Desde esta colaboración de compañías explican que las células de litio convencionales ofrecen una densidad energética de 0’25 kWh por kilogramo, aunque las más modernas (con electrolitos sólidos) llegan hasta los 1’2 kWh/kg.

Los estudios realizados sobre los iones de flúor utilizando electrolito líquido han logrado obtener una densidad energética diez veces superior, con cifras de hasta 12 kWh por kilogramo, calificado por los investigadores como «un valor tan cercano al de la densidad de energía del queroseno y no mucho menor que en el caso de la gasolina«.

Desde Honda apuntan que sólo se necesitarían entre 7 y 10 kilogramos de células de iones de flúor para alcanzar una autonomía de unos 500 kilómetros, lo que puede dar una idea del gran avance que puede suponer esta nueva tecnología y del campo que aún queda por investigar en la utlilzación de nuevos materiales para el almacenamiento de energía eléctrica.

Otra de las ventajas de esta batería es la utilización de materiales que se encuentran más disponibles que el litio o el cobalto, cuyas reservas son escasas y al ritmo de utilización actual pueden llegar a desaparecer. Donde están investigando ahora los expertos es en que esta tecnología sea capaz de soportar hasta un millón de ciclos de carga y descarga y que, en caso de colisión, no se libere la energía de forma instantánea, lo que podría causar un incendio en el vehículo.

Vía | Motor.es

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