En el año 2050 los coches eléctricos proporcionarán tanta capacidad de almacenamiento a la red que será viable utilizar solo energía solar y eólica
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Publicado: 29/01/2020 07:44
De acuerdo con IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables), para el año 2050 habrá los suficientes coches eléctricos a baterías como para sustentar una red cuya energía provenga de fuentes solares y eólicas (siempre y cuando los vehículos estén conectados a la red mediante cargadores inteligentes que permitan que los packs sean empleados como almacenamiento estacionario).
Según Francisco Boshell, líder del equipo de IRENA para los estándares y mercados de la tecnología de energías renovables, para mediados de siglo los coches eléctricos supondrán unos 40 TWh de almacenamiento, frente a los 9TWh de almacenamiento estacionario dedicado. Gracias al almacenamiento que proporcionarán las baterías, la red podrá emplear fuentes de suministro intermitente como es el caso de las anteriormente mencionadas energías solar y eólica.
«Si vemos esto no desde una perspectiva de transporte sino desde una perspectiva del sector eléctrico, significa que una capacidad masiva de almacenamiento de electricidad estaría disponible gracias a todas esas baterías sobre ruedas. Las baterías de los vehículos eléctricos reducirán la necesidad de una batería estacionaria en 2050… Esta es una gran oportunidad para la transformación del sector eléctrico».
Anisie, oficial del equipo de innovación de energías renovables de IRENA, añade: «El V2G tiene mucho sentido debido a que los automóviles están estacionados el 90%, y la batería está conectada a la red durante tanto tiempo que podemos usar el pack para ofrecer algunos servicios a la red y ayudar a que esta aumente la flexibilidad e integre una mayor proporción de energía eólica y solar. Por lo tanto, sería una situación beneficiosa tanto para el sector del transporte como para el sector de la energía».
Con todo, podrían existir algunas incompatibilidades entre ambos sectores, si bien podrán solventarse. Por un lado, algunos conductores preferirán la carga rápida o ultra-rápida para disminuir los tiempos de repostaje, algo incompatible con la carga inteligente, que es más viable con cargadores lentos. Otro posible problema sería el cambio de paradigma en el sector de la movilidad que muchos vaticinan para los próximos años: una disminución en el número de automóviles debido a la proliferación del coche autónomo y compartido, algo que reduciría la capacidad de almacenamiento energético del parque móvil.
«Realmente se necesita cambiar el comportamiento del consumidor para poder aprovechar las sinergias entre la movilidad y la energía eólica y solar. Hay varias opciones para instalar [estaciones de] carga rápida, que es muy necesaria sobre todo en las carreteras, [las cuales además podrán] mitigar el estrés que se genera en la red local».
Fuente | Reuters