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La Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi se tambalea tras la huida de Carlos Ghosn de Japón

Carlos Ghosn se ha fugado de la justicia japonesa y se ha refugiado en Líbano, país del que es ciudadano. El artífice de la creación de la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi llevaba desde el 19 de noviembre de 2018 retenido en Japón, primero en la cárcel y después en arresto domiciliario, acusado de delitos de evasión fiscal por las autoridades niponas y por la propia Nissan.

Desde el principio, los motivos tras el arresto de Ghosn levantaron las sospechas internacionales: muchos veían su detención como un movimiento a la desesperada de Nissan y el gobierno de Japón por paralizar el proceso de fusión total entre Renault y Nissan, así como para revertir la estructura de poder de la Alianza, dominada con claridad por la empresa francesa.

Corría el año 1999 cuando Renault compró un gran porcentaje de Nissan, que estaba al borde de la quiebra. El responsable de este movimiento fue Carlos Ghosn, que saneó la empresa nipona y la devolvió a la senda de las ganancias. Sin embargo, en los últimos años Nissan ha ido ganando cada vez un mayor peso en el mercado internacional, y a la compañía no le gustaba la idea de verse a la sombra de una empresa a priori más débil y extranjera como Renault.

El caso Ghosn ha levantado en los últimos meses numerosas críticas hacia el sistema judicial de Japón, que tiene un 99% de sentencias condenatorias. En el caso concreto de Ghosn, se ha criticado que se le haya aislado de los medios durante más de un año, así como que se haya ido retrasando de forma indefinida su juicio.

Renault y Nissan actualmente se encuentran en una situación de gran tensión: la firma japonesa está en proceso de reestructuración tras descubrirse que su director ejecutivo, Hiroto Saikawa, había cobrado sobresueldos. Saikawa había sido precisamente uno de los artífices de la detención de Ghosn. Esto, unido a la notable caída en ventas y ganancias de Nissan en 2018 y 2019, ha llevado a la compañía a una situación muy delicada.

Renault por su parte vio frustrado su intento de fusión con FCA (FIAT-Chrysler) a mediados de año precisamente por las objeciones de Nissan y del gobierno francés. Actualmente FCA está en pleno proceso de fusión con la gran rival de Renault, PSA (Peugeot-Citroën, Opel), mientras que la marca del rombo intenta volver a tender puentes con su aliada Nissan.

Ahora, Carlos Ghosn ha huido de Japón y se ha refugiado en el Líbano gracias a un plan ideado por su esposa. De acuerdo con el ejecutivo, el sistema penal de Japón es «injusto» y no respeta ni la presunción de inocencia ni los derechos humanos, por lo que su próximo movimiento será ponerse en contacto con la prensa para revelar informaciones no dadas hasta el momento por las autoridades japonesas.

El mes pasado, la esposa de Ghosn declaró que le gustaría que fuera juzgado en Francia, país del que el ejecutivo tiene la ciudadanía. Si Ghosn decide ir a París, las relaciones entre Francia y Japón se complicarán en un momento en el que el presidente de la República Emmanuel Macron está tratando de fortalecer la maltrecha Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi (como dato interesante, Francia tiene una política de nunca extraditar a sus ciudadanos fuera de la Unión Europea).

Todo parece indicar que el gobierno francés quiere salvar a toda costa la Alianza, pues de acuerdo con el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, arreglar las relaciones con Nissan es a día de hoy una cuestión de supervivencia. Por lo pronto, algunos medios informan de que tanto Nissan como el gobierno japonés están intranquilos con la huida de Ghosn: la semana que viene el directivo se pondrá en contacto con los medios, y lo que diga podría afectar muy negativamente a la empresa nipona.

Bajo el mandato de Ghosn, la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi se convirtió en el mayor productor de coches eléctricos de la historia, algo debido principalmente a la apuesta personal del ejecutivo por este tipo de vehículos. Sin embargo, en los últimos tiempos Renault y Nissan han tomado caminos opuestos: mientras que Renault sigue apostando por la estrategia de Ghosn de desarrollar coches eléctricos asequibles, Nissan quiere lanzar modelos más caros y de menor volumen de ventas para mejorar su rentabilidad.

¿Qué ocurrirá con la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi y su (hasta ahora) ambicioso programa de electrificación? Por el momento todas las posibilidades están sobre la mesa.

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