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Las baterías de electrolito sólido llevarán a una segunda revolución eléctrica

Las baterías de electrolito sólido son citadas en muchas ocasiones como el futuro de la industria gracias a su mayor densidad energética y estabilidad térmica, que permitirá crear packs más capaces y seguros. Sin embargo, los fabricantes tendrán que solucionar una serie de problemas que presenta esta solución antes de pasar a la producción en masa.

Uno de los puntos críticos de las baterías de electrolito sólido son los procesos de dilatación del ánodo, que está completamente compuesto por litio. Al cargar el electrodo se expande, mientras que durante la descarga se contrae. Esto puede conducir a que el material conductor sólido se rompa, algo que los investigadores han tratado de solucionar creando estructuras flexibles alrededor del ánodo para contrarrestar dicho efecto.

Una vez solucionado este problema, la longevidad de las baterías de electrolito sólido debería superar la vida útil del propio automóvil, lo que supondría solucionar una de las principales desventajas de la tecnología empleada actualmente. Otro punto interesante es la antes mencionada mejora en la seguridad, pues las baterías de electrolito sólido no son inflamables.

Sobre el papel, también deberían permitir cargas mucho más rápidas; sin ir más lejos, Toyota estima que su primer coche eléctrico dotado de esta tecnología será capaz de recuperar unos 500 km de autonomía en apenas 10 minutos, logrando con ello equipararse con los modelos térmicos a la hora de viajar.

Los expertos estiman que las baterías de electrolito sólido serán hasta 2,5 veces más capaces que sus equivalentes actuales. Esto no solo supondrá un enorme salto en el terreno del transporte, sino también en el de la electrónica de consumo (smartphones, tablets, ordenadores portátiles, etc), llevando a lo que algunos denominan como una nueva revolución eléctrica.

Jan Wouters, columnista de Innovation Origins, es más concreto y cita una «segunda revolución eléctrica» aparejada a la llegada de las baterías de electrolito sólido. Lo cierto es que, sobre el papel, esta tecnología podría permitir una electrificación masiva en numerosos sectores, si bien hasta mediados de década este tipo de baterías no comenzarán a fabricarse en masa.

Fuente | IO

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