Investigadores del Centro de Deportes, Ejercicio y Ciencias de la Vida de la Universidad de Coventry han desarrollado una nueva solución, respetuosa con el medio ambiente, para reciclar baterías de los coches eléctricos mediante la recuperación de todos los metales utilizando un proceso llamado biolixiviación.
La biolexiviación, también conocida como biominería, emplea microbios para oxidar metales como parte de su metabolismo. El proceso ha sido ampliamente utilizado en la industria minera, donde se utilizan microorganismos para extraer metales valiosos de los minerales.
Estas técnicas se están siendo utilizadas recientemente para limpiar y recuperar materiales de residuos electrónicos, en particular las placas de circuitos impresos de computadoras, paneles solares, agua contaminada e incluso vertederos de uranio.
Europa sólo recicla el 5% de las baterías
Las baterías del coche eléctrico pueden tener una vida útil de al menos entre ocho a diez años. Por supuesto teniendo en cuenta un uso medio, pudiendo ser mucho más en caso de dar poco uso al coche, o menos si le hacemos muchos km. En la actualidad, según los investigadores británicos, las baterías de litio se reciclan actualmente menos de un 5% en la Unión Europea.
Para acelerar la recuperación de materiales preciosos y escasos al tiempo que se da una respuesta al reto del reciclaje de. las baterías, el profesor Sebastien Farnaud y sus colegas del Grupo de Investigación de Biolixiviación de la universidad, han identificado que las bacterias, incluidas Acidithiobacillus ferrooxidans y otras especies no tóxicas.
Estas bacterias pueden recuperar los metales individuales en las baterías de los vehículos eléctricos, reduciendo la necesidad de técnicas poco o nada ecológicas, que implican altas temperaturas o productos químicos tóxicos.
Estos metales purificados constituyen elementos químicos y por tanto se pueden reciclar indefinidamente a través de múltiples cadenas de suministro.
Los resultados de estas investigaciones pueden ayudar a frenar el impacto de la minería que amenaza a las poblaciones y ecosistemas locales en las zonas de extracción de los materiales.
La filosofía del equipo investigador de base en la respuesta a esta pregunta: «¿Por qué no reutilizar lo que ya está ahí fuera?«.
Un proceso limpio y con cero emisiones
Las ventajas de esta nueva técnica de reciclaje son de gran importancia. En primer lugar, es una técnica ecológica, que no produce emisiones de gases de efecto invernadero.
Para Farnaud “la mayoría de las operaciones de reciclaje de baterías se realizan mediante el sobrecalentamiento de metales, que una vez fundidos permiten la extracción. Los procesos son complejos y costosos pero siguen siendo ventajosos en comparación con la extracción de nuevos materiales para la construcción de nuevas baterías”.
Para el líder de la investigación, «adoptando métodos de bioextracción se realiza una contribución importante en las operaciones de reciclaje de baterías, se pueden obtener excelentes resultados con métodos sostenibles y también muy efectivos”.
Como hemos dicho, en la actualidad la tasa de reciclaje de las baterías de litio en Europa es preocupantemente baja. Durante estos procesos, la mayoría de las baterías que se reciclan se funden para extraer sus materiales.
Una alternativa interesante
Los procesos y las plantas utilizadas la actualidad son caras de construir y operar. Además requieren equipos sofisticados para tratar las emisiones dañinas generadas durante el proceso de fundición. A pesar de los altos costes, estas plantas rara vez recuperan todos los valiosos materiales de la batería.
«La biominería, por otro lado, puede ofrecer una solución más sostenible y eficaz al reciclaje de baterías de automóviles eléctricos«, según Farnaud.
Estos hallazgos llegan en un momento oportuno, puesto que la presión para fabricar coches eléctricos pondrá fin a la venta de nuevos automóviles, furgonetas y camiones alimentados por gasolina y diesel para 2030, en Reino Unido.
Esto traerá consigo una importante demanda de metales claves para la nieva movilidad como el litio, cobalto, níquel y manganeso.
Fuente | Coventry University