Europa ha caído rendida bajo los encantos del hidrógeno, de hecho, el plan de hidrógeno que la Unión Europea tienen en mente para el transporte parece ir mucho más allá de lo que realmente se necesita, para electrificar sectores estratégicos y claves como son el transporte marítimo y la aviación. El riesgo pasa por aumentar los precios de la energía al ‘secuestrar’ la producción de renovables, si no se añaden más energías renovables.
El plan de la Unión Europea que pretende exigir hidrógeno verde en la combinación energética de la Unión para 2030, podría llevar consigo un importante y considerable aumento de la demanda de electricidad.
Los expertos cifran este crecimiento de la demanda energética en casi una quinta parte, según pone de manifiesto un nuevo análisis de Transport & Environment (T&E). De llevarse a cabo, se generaría una excesiva presión sobre la demanda de electricidad, en un momento en que los precios de la energía están en un máximo histórico.
El Hidrógeno encarecerá la energía
Elevar la producción de hidrógeno podría convertirse en un acto imprudente sin no se añaden energías renovables adicionales, según indican los analistas de T&E en su estudio.
La Directiva de Energías Renovables (RED) es la principal legislación de la Unión Europea que regula el uso de combustibles renovables en Europa. Pero hasta la fecha, parece haber sido un desastre, según los analistas.
Según los expertos y participantes del informe, se estableció un objetivo alto del 10% para las energías renovables en el transporte en 2020 para cada país. Pero no se establecieron las salvaguardias de sostenibilidad adecuadas, lo que significa que los biocombustibles basados en cultivos como la palma y el aceite de soja se convirtieron en los biocombustibles dominantes. Esto llevó a una deforestación generalizada, pérdida de biodiversidad y más emisiones de CO2 que los combustibles que reemplazaron.
La red energética del viejo continente se está descarbonizando gradualmente a medida que se agregan al mix energético más energías renovables y menos energías fósiles de carbón y electricidad a gas.
Pero sin nuevas y más energías renovables adicionales, vinculadas a los generosos objetivos de hidrógeno, el plan de la Unión Europea probablemente resultará en que el uso y abastecimiento procedente de las energías renovables, se desvíen de la red y subcoticen el ahorro de emisiones de los vehículos eléctricos al ensuciar la red.
A esto se le sumara el uso del gas como combustible marginal más común para ‘tapar’ las brechas, esta estrategia sería castigadamente costosa con precios del gas tan altos.
Energía para el hidrógeno y no para el coche eléctrico
Para el gerente de electricidad y energía de T&E, Geert Decock, «la Unión Europea está jugando una estrategia con el hidrógeno de alto riesgo. Necesitamos hidrógeno para barcos y aviones, pero es imprudente amontonar una presión innecesaria sobre la energía eólica y la solar cuando se necesitará electricidad limpia para alimentar el creciente número de automóviles eléctricos y bombas de calor para los hogares».
Dentro del paquete Fit for 55, de la Comisión Europea, esta ha presentado diversas propuestas para impulsar el uso de hidrógeno renovable. Entre ellas se incluye un objetivo del 2,6% para los combustibles renovables de hidrógeno verde y combustibles sintéticos, que se utilizarán en el transporte, así como la sustitución del 50% del hidrógeno gris utilizado en la industria.
La lectura del análisis del medio independiente, concluye que el plan de hidrógeno verde de la UE aumentaría la demanda de electricidad renovable en casi un quinto, el 17%, de la demanda total de electricidad en 2030.
H2 como devorador de energía renovable
Esto equivaldría a sumar el consumo de electricidad de Francia (500 TWh). De esta forma el 2,6% del hidrógeno verde y los combustibles sintéticos requerirán más electricidad renovable en 2030 que toda la electricidad consumida por los coches eléctricos con batería (coches, autobuses, camiones) en ese año.
A pesar de que el hidrógeno puede ser un arma esencial en la descarbonización de los sectores más difíciles de electrificar, como el transporte marítimo y la aviación, el objetivo establecido por la Comisión Europea para el hidrógeno en el transporte, es casi el doble de alto que el necesario para los buques y aviones durante este período, afirman desde Transport & Environment.
El significado de todo esto es que los combustibles sintéticos líquidos se utilizarán en vehículos con motor de combustión, que necesitaría cuatro veces más energía renovable para alimentar un automóvil impulsado por hidrógeno que uno eléctrico con batería. El grupo apoya un objetivo ambicioso pero más bajo del 1,6 %.
La conclusión de Geert Decock es que «la Unión Europea debe garantizar que cualquier producción de hidrógeno vaya acompañada de nueva generación de energía renovable. De lo contrario, los altos precios actuales del gas y la electricidad se sentirán como una ganga en comparación con lo que está por venir«.