Mazda quiere convertirse en una marca premium de pleno derecho. Tras años ofreciendo productos de corte aspiracional que poco tenían que envidiar a las propuestas de las clásicas firmas de lujo, la compañía japonesa busca dar el salto definitivo a la zona alta del mercado y consolidarse como una opción para aquellos que busquen automóviles deportivos, sofisticados y diferentes.
Mientras que otros fabricantes han tratado de subir de categoría mediante marketing, Mazda confiará en una nueva hornada de productos tecnológicamente avanzados para respaldar su ascenso. El primer integrante de la nueva alineación premium de Mazda será el CX-60, un SUV mediano (segmento D) de 4,75 metros de largo que llegará al mercado este mismo otoño.
El Mazda CX-60 ha sido el encargado de estrenar una nueva plataforma de tracción trasera concebida para los futuros modelos grandes de la marca; además, también se ha convertido en el primer híbrido enchufable de la firma de Hiroshima. Aunque estará disponible con motorizaciones gasolina y diésel de seis cilindros, la variante enchufable probablemente sea la más popular en Europa.
Este modelo, que tiene el honor de ser el Mazda de producción más potente de la historia, combina un propulsor 2.5 Skyactiv-G de cuatro cilindros e inyección directa con un motor eléctrico de 175 CV (129 kW) a través de una caja automática de ocho relaciones. La potencia combinada de este conjunto es de 327 CV (241 kW), mientras que el par llega a 500 Nm.
Esto le permite completar el 0 a 100 km/h en apenas 5,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 200 km/h. El sistema de tracción total i-Activ AWD, de serie en esta variante, combina el buen comportamiento de la tracción trasera en las zonas de curvas con la estabilidad y la motricidad de la tracción total. Habría que señalar que el CX-60 PHEV puede remolcar hasta 2.500 kg.
Gracias a sus baterías de 17,8 kWh y 355 V, es capaz de recorrer 63 km en modo eléctrico. El pack, situado entre los ejes y en una posición muy baja, permite reducir el centro de gravedad. El vehículo carga a un máximo de 7,2 kW en corriente alterna, tardando 2 horas y 20 minutos en recuperar el 100% de su alcance. El consumo homologado bajo el ciclo WLTP es de apenas 1,5 litros/100 km, mientras que las emisiones de dióxido de carbono se sitúan en 33 g/km.
Mazda apuesta por las soluciones de vanguardia en el nuevo CX-60
Mazda también ha trabajado en el chasis del vehículo con el objetivo de lograr una dinámica de conducción a la altura de los modelos premium de su categoría. Así, la suspensión delantera es de doble trapecio y la trasera multibrazo. A esto tendríamos que sumar la dirección asistida eléctrica de doble piñón procedente del deportivo MX-5, así como el Kinematic Posture Control, una tecnología que estabiliza el vehículo al frenar la rueda interior trasera en las curvas para reducir el balanceo.
En materia de equipamiento tecnológico, habría que destacar la última versión del sistema Mazda Connect, que incluye un inicio más rápido, mejor calidad de imagen y sonido, un sensor giroscópico 3D integrado y una función de búsqueda por palabras que permite al usuario buscar destinos simplemente introduciendo palabras clave. Asociado a dos pantallas de 12,3 pulgadas, este sistema es compatible con Apple CarPlay inalámbrico y Android Auto inalámbrico de serie.
Tampoco podemos perder de vista la aplicación MyMazda para iOS y Android, que incluye funciones como el cierre remoto del vehículo, su ubicación o información sobre su estado. Además, también dispone de alertas para futuras revisiones, e incluso puede avisarnos de un intento de robo.
Su sistema de sonido Bose cuenta con 12 altavoces de altas prestaciones e incluye la tecnología BassMatch, que ofrece sonidos de baja frecuencia más profundos a los pasajeros. El amplificador digital, situado bajo el asiento del copiloto, dispone de nueve canales de ecualización personalizada y procesamiento de señal digital, así como tecnologías Bose de sonido envolvente Centerpoint 2, procesamiento SurroundStage y compensación de ruido AudioPilot 2.
El Mazda CX-60 equipará los últimos asistentes de seguridad
Sin embargo, la gran estrella del Mazda CX-60 será el nuevo sistema de personalización con reconocimiento facial, que identifica al conductor y ajusta de forma automática la posición del volante, el asiento, el Head-up Display y los retrovisores exteriores a partir de la posición de los ojos y su altura. Tiene capacidad para memorizar hasta seis usuarios (más invitados), y también guarda los reglajes del climatizador y el sistema de sonido.
El Mazda CX-60 hará especial hincapié en el apartado de la seguridad gracias a la batería de asistentes a la conducción i-Activsense, que incluye el Sistema de asistencia a la frenada en ciudad avanzado con detección de peatones, ciclistas e intersecciones, el Control de ángulo muerto, la Asistencia a la frenada trasera con detección de peatones, el Sistema de alerta de cambio involuntario de carril con asistencia a la dirección, el Reconocimiento de señales de tráfico y el Detector de fatiga.
El monitor de visión 360º See-Through View y el control de crucero adaptativo inteligente (i-ACC) terminan de completar el conjunto de ADAS del vehículo, que además cuenta con medidas de protección contra alta tensión, incluyendo protecciones físicas para la batería y un sistema de corte automático de la tensión en caso de accidente.