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Europa produce el 25 % de los coches eléctricos del mundo, pero sólo el 1 % de litio. España puede ser clave para cambiar esto

La industria automotriz europea cuenta con una gran tradición y es una potencia mundial en su campo. Sin embargo, la transición al coche eléctrico plantea vulnerabilidades, ya que demanda nuevas materias primas que actualmente no puede conseguir por sí misma.

Europa se enfrenta actualmente a un gran desafío: su dependencia casi total de la importación de litio, una materia prima crucial en la era de los vehículos eléctricos y la transición hacia una energía más limpia.

Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos sobre Materias Primas Minerales, la Unión Europea sólo extrae el 1 % del litio a nivel mundial. Teniendo en cuenta que Europa produce aproximadamente una cuarta parte de los vehículos eléctricos del mundo, resulta evidente la magnitud de este desafío.

Ante este escenario, es razonable y realista analizar las posibilidades de obtener litio en suelo europeo. España, en particular, cuenta con el potencial necesario para desempeñar un papel relevante en la extracción de litio.

España posee yacimientos prometedores, una sólida experiencia y tradición minera, y un excelente ecosistema de investigación que garantiza el acceso a la tecnología necesaria. Sin embargo, este desafío no puede obviar la importancia de abordar las preocupaciones medioambientales.

España, entre los países europeos con más reservas de litio

Entre las fortalezas y oportunidades de España destaca la importancia de sus reservas. A nivel europeo, España ocupa un lugar destacado en términos de reservas de litio (13 %), después de República Checa, Serbia y Ucrania.

Regiones como Castilla y León (en Salamanca se ha hallado un gran yacimiento recientemente), Galicia, Extremadura y Andalucía albergan yacimientos significativos de litio. Por ejemplo, en Cádiz se ha identificado una gran reserva de litio en la mina de San José del Valle, considerada una de las mayores de Europa.

Otras áreas destacadas incluyen Extremadura, con los yacimientos de San José de Valdeflores y Las Navas en Cáceres, y Galicia, con el yacimiento de Alberta. Aunque estos depósitos aún no se han explotado en su totalidad, representan un potencial considerable para la extracción de litio en el futuro.

Además de las reservas, España cuenta con una sólida infraestructura minera y una larga tradición en la extracción de minerales. La industria minera del país ha sido reconocida internacionalmente por su experiencia en la explotación de diversos recursos, como el hierro, el carbón y los metales preciosos. Esta experiencia en la minería proporciona una base sólida para la expansión hacia la extracción de litio.

Asimismo, también destacan las infraestructuras de comunicación existentes en España, que incluyen redes viales, puertos y líneas ferroviarias interconectadas. Estas infraestructuras facilitan el transporte y la distribución eficientes del mineral, garantizando un proceso de extracción y exportación eficiente.

Otro elemento clave a tener en cuenta es la investigación y el desarrollo de tecnologías asociadas. España cuenta con ecosistemas científicos y académicos, como el caso de CIC energiGUNE en Euskadi, que brindan la oportunidad de avanzar en técnicas de extracción más eficientes y sostenibles, así como en el desarrollo de nuevos materiales y procesos de producción a nivel nacional y comunitario.

La puesta en marcha de una industria del litio en España tendría un impacto económico significativo. El desarrollo de esta industria impulsaría la creación de empleo en las comunidades locales en todas las etapas de la cadena de valor, desde la extracción hasta el procesamiento y fabricación de baterías. Las industrias asociadas al litio podrían generar miles de puestos de trabajo directos e indirectos.

Retos medioambientales derivados de la extracción del litio

Pero, si bien es evidente que potenciar la producción de litio en España tendría muchos beneficios para el país, es obligado tener en cuenta los inconvenientes. Y ello pasa por abordar el desafío medioambiental que implica la industria minera del litio.

Para empezar, la extracción de litio a menudo requiere un uso intensivo de agua, por lo que es crucial implementar prácticas de gestión del agua eficientes y sostenibles que no comprometan los recursos hídricos locales.

Asimismo, es necesario gestionar adecuadamente los desechos y las emisiones químicas, realizando estudios de impacto ambiental exhaustivos y aplicando medidas de mitigación para proteger la biodiversidad.

La extracción de litio implica una alteración del medio ambiente que no puede obviarse. Imagen: Freepik

El consumo de energía y las emisiones de carbono asociadas a la extracción y procesamiento del litio también deben abordarse. La búsqueda de fuentes de energía renovable es fundamental para minimizar la huella de carbono de toda la cadena de suministro.

Además, es esencial involucrar y consultar a las comunidades locales afectadas. Esto se debe a que la extracción de litio puede tener un impacto significativo en estas comunidades en términos de empleo y cambios en su entorno.

Por lo tanto, es necesario proporcionar información clara y transparente sobre los posibles impactos, realizar evaluaciones adecuadas de riesgos y beneficios, y garantizar la participación de las comunidades en el proceso de toma de decisiones.

España tiene un gran potencial para producir litio y aumentar las reservas de Europa. Y eso es algo que las administraciones harán bien en valorar. Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos medioambientales y buscar un equilibrio entre el impulso de la industria del litio y la protección del medio ambiente.

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