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El gigantesco reto de producir acero con hidrógeno verde. 12 de las mayores plantas siderúrgicas necesitarían 85 GW de energía eólica

Hasta el momento, 12 de las 20 plantas siderúrgicas más grandes de la UE se han comprometido a extraer hierro del mineral utilizando hidrógeno verde en lugar de carbón. Pero producir la ingente cantidad de hidrógeno verde para satisfacer sus necesidades requeriría el despliegue de una cantidad masiva de energías renovables, como la eólica, lo que supondrá una inversión también gigantesca, y unos plazos de ejecución bastante largos.

Según un informe de la organización climática noruega Bellona, serán necesarios el despliegue de 85 GW eólicos. Un dato que pone sobre la mesa la dificultad que supondrá alimentar esta industria con este tipo de energía para una producción las 24 horas del día los 7 días de la semana.

Podemos contextualizar esta cifra comparándola con la que cuenta el mayor parque eólico del mundo, el proyecto Hollandse Kust Zuid de 1,5 GW en el Mar del Norte holandés, que supondría multiplicar por 56 su potencia para atender a estas 12 plantas.

También lo podemos comparar con los 30 GW de eólica que tiene instalados España en su totalidad, o los 204 GW de los 27 estados miembros de la UE (incluidos 16,75 GW de energía eólica marina). Un sector que el plan de la UE REPowerEU presentado el año pasado, y que tiene como objetivo desplegar 510 GW de energía eólica para 2030.

Según los responsables del informe, «Producir hidrógeno verde solo cuando hay energía eólica y solar disponible sería más barato que operar 24 horas al día, 7 días a la semana.»

El informe Bellona, titulado Hydrogen DRI for Steel in a Resource-Constrained Europe, también señala que producir suficiente hidrógeno verde para las plantas siderúrgicas en Italia, los Países Bajos, Bélgica, Rumania y Finlandia, requeriría más energía eólica que la instalada en cada uno de esos países.

El estudio avisa que bebido a los importantes requisitos de recursos para su producción, el hidrógeno verde no es una panacea y no debe ser tratado como tal, ni siquiera en la industria del acero.

Por lo tanto, Bellona sugiere que la sustitución del carbón coquizable por hidrógeno verde se lleve a cabo de la mano de otras tres “vías alternativas” para descarbonizar la producción de acero: optimizar (o reducir) el uso de acero; reciclar más; y trabajar en alternativas como la captura y almacenamiento de carbono (CCS), incluido el uso de hidrógeno azul (hecho de gas fósil con CCS) y el despliegue de CCS en plantas DRI que usan una mezcla de metano/hidrógeno (debido a la falta de H2 verde disponible).

Y es que el acero es un material clave para afrontar la transición energética de Europa. El informe así lo pone sobre la mesa, indicando que este material es fundamental en la producción de turbinas eólicas, plantas de energía solar, infraestructura de transmisión y distribución de electricidad y sistemas de almacenamiento de energía.

La UE ha acordado un objetivo para que el 42,5% del hidrógeno utilizado por la industria, como la producción de amoníaco y productos químicos, refino de petróleo y fabricación de acero, sea renovable para 2030.

Pero un proyecto que, como vemos, tendrá que venir acompañado de una masiva expansión de las fuentes renovables y los sistemas de respaldo.

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