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Este gráfico nos muestra como las energías renovables son cada vez más y más baratas

Hace años que las energías renovables han logrado colocarse como las fuentes de energía más económicas, dejando atrás a los combustibles fósiles. Pero lejos de detenerse, los costes siguen bajando y nos muestran un escenario donde la electricidad será cada vez más económica.

Así lo indican los gráficos publicados por el portal Canary Media, que indica que para 2030, las mejoras tecnológicas que vivirán fuentes como la eólica, permitirán reducir los precios actuales un 25%, mientras que para la solar se estima una reducción del 50%.

Estas continuas reducciones de costes de las renovables han hecho que estas sean tan atractivas que ahora supera a los combustibles fósiles en cuanto a nuevas inversiones: se espera que el 62% de la inversión energética global fluya hacia tecnologías renovables este año.

Ese dinero está ayudando a impulsar las fuentes limpias a nuevas cuotas. Según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía, se espera que la capacidad mundial aumente este año desde los 107 GW a más de 440 GW: el mayor aumento de su historia.

Una verdadera revolución energética según los expertos, que añaden que a pesar de esto, las fuentes renovables se enfrentan a retos por parte de la industria de los combustibles, que hará muy complicado dejar atrás la era de los combustibles fósiles.

Los costes de las energías renovables han caído y se prevé que sigan bajando, porque estas tecnologías están aumentando las curvas de aprendizaje: por cada duplicación acumulada de la tecnología instalada, su coste disminuye en un porcentaje cuantificable que varía según la tecnología. Las curvas de aprendizaje son un fenómeno sólido que se ha observado en más de 50 tipos de tecnologías. Durante los últimos 40 años, la tasa media de aprendizaje ha sido del 20% para la energía solar y del 13% para la eólica.

Cuantos más paneles solares y turbinas eólicas fabricamos, más descubrimos cómo hacerlos mejor, más rápido y más barato. El arco de caídas de costes previstos en el informe RMI se basa tanto en estas tasas de aprendizaje promedio a largo plazo como en las tasas más altas observadas en años más recientes (30% para la energía solar y 25% para la eólica).

Los combustibles fósiles, por el contrario, no han alcanzado curvas de aprendizaje empírico. Durante más de un siglo, los precios de los combustibles fósiles han oscilado enormemente sin tener una tendencia constante a la baja.

Ahora queda por ver el impacto económico, social e incluso sanitario de esta transformación que tiene que ver tanto con el sistema de producción eléctrico, como incluso un transporte cada vez más limpio. Un cambio de modelo que permitirá reducir la fuga de capitales a los países productores de petróleo, y aumentar la tasa de trabajo cualificado en los muchos sectores relacionados con la producción eléctrica y el transporte limpio.

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