A finales de 2021, el gobierno de Ángela Merkel cumplió su promesa de acelerar el final de las centrales nucleares. Una de ellas era la emblemática central de Brokdorf, convertida en centro de batalla de los grupos ambientalistas, y que ahora se transformará en la mayor batería de respaldo de Europa.
La empresa promotores, PreussenElektra, ha confirmado sus planes para desarrollar un equipo de almacenamiento que contará con una potencia de salida de 800 MW, y una capacidad de 1.600 MWh. Un plan que está a la espera de contar con los permisos para desmantelar lo que queda de la instalación nuclear, que dará paso a un conjunto de almacenamiento por baterías de litio.
Según informa Preussenelektra, la elección de este emplazamiento se debe a que la central eléctrica está cerca de la subestación Wilster, uno de los nodos de red más importantes del estado federado de Schleswig-Holstein.
A través de este se transporta principalmente la electricidad procedente de los campos de energía eólica. El propio emplazamiento de la central eléctrica está conectado a la red eléctrica a través de su propia subestación y dispone de una infraestructura eficiente.
Según los promotores del proyecto: «El almacenamiento con baterías en esta conexión a la red podría llenar el hueco de la intermitencias de las energías renovables, amortiguar la sobreproducción de electricidad y retroalimentarla cuando sea necesario»
Además, la ubicación cuenta con una superficie de hasta 12 hectáreas, lo que permitirá posteriores ampliaciones si son necesarias.
Un proyecto que permitirá «engrasar» los requisitos burocráticos para este tipo de operaciones, que está costando mucho más de lo esperado. Y como ejemplo, los seis años que lleva PreussenElektra esperando por los permisos para desmantelar una instalación nuclear que como recordamos, contaba con una potencia de 1.410 MW.
Un almacenamiento estacionario con baterías que se considera un factor clave en la transición energética, ya que la generación de electricidad a partir de energías renovables está sujeta a fluctuaciones naturales, donde las baterías podrán almacenar electricidad en momentos de excedente y puede devolverla rápidamente a la red cuando aumenta la demanda, lo que permite sacar mayor partido a las fuentes limpias, pero también tiene según los expertos, el potencial de reducir el coste de la electricidad para los consumidores finales.
Vía | Heise
