Viaja a España con su coche eléctrico, y Shell le cobra 1.200 euros por 18 kWh de carga

Un matrimonio de jubilados franceses sufrió cobros abusivos al cargar su coche eléctrico en España con la red Shell. La primera factura ascendió a 71,77 euros, pero posteriormente recibieron otra por 1.124 euros por un error en la medición. A pesar de los intentos de reclamación, la operadora ha mantenido un silencio absoluto.

Viaja a España con su coche eléctrico, y Shell le cobra 1.200 euros por 18 kWh de carga

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Publicado: 14/04/2025 09:59

La carga de un coche eléctrico fuera de tu país es una operación cada vez menos complicada. A pesar de que los operadores siguen empeñados en mantener un sistema farragoso, con tarjetas, abonos o apps, el mercado evoluciona favorablemente. Sin embargo, aún hay aspectos por pulir, y como ejemplo, la mala experiencia de unos turistas franceses que se han llevado un recuerdo inesperado de su visita a nuestro país a los mandos de su coche eléctrico.

Los protagonistas de la historia son un matrimonio de jubilados franceses y la red de carga Shell. Esta pareja decidió pasar unas vacaciones en España a los mandos de su MG4, un coche eléctrico con el que se han desplazado sin problemas por el país gracias a la creciente red de carga pública.

El problema surgió al volver a casa, cuando recibieron la primera factura del grupo Shell por cargar su vehículo en una terminal de un aparcamiento de Madrid. «Cargué mi vehículo con mi tarjeta Shell entre el 25 y el 26 de diciembre, el día que salimos. En total, 18,88 kWh«. Esta carga trajo una desagradable sorpresa: el precio que les cobró el operador era astronómico, 71,77 euros, una cifra totalmente ilógica.

Pero esto era solo el principio de su pesadilla, ya que días después llegó a su domicilio una segunda factura, también por la misma operación, esta vez por 1.124 euros.

En esta segunda factura, la recarga supuestamente comenzó a las 12:34 de la noche del 25 de diciembre, lo cual es imposible, pues los propietarios indican que en ese momento no estaban cargando, sino que se desplazaban en un Uber realizando otras gestiones.

El desglose de la factura muestra que el sistema cometió otro error, al registrar una carga de apenas 10 kWh y una tarifa de conexión de 925,40 euros. «Eso equivale a más de doce días conectados«, comenta aún incrédulo el afectado, que conserva todos los justificantes. «Sin embargo, nos marchamos del local antes de las 10 de la noche del 26 de diciembre«.

Por supuesto, cualquier sistema puede tener errores al cobrar o estimar el tiempo en que un vehículo ocupa la estación de carga. El problema en este caso reside en el absoluto silencio de la operadora.

Los afectados comenzaron enviando un correo electrónico para intentar obtener un reembolso, pero no recibieron respuesta. Luego lo intentaron con una carta certificada en inglés y francés a la sede del grupo en Ámsterdam, que tampoco tuvo contestación.

Finalmente, el afectado marcó el número de emergencia para incidencias con terminales Shell y se encontró con una persona muy amable que hablaba desde Irlanda. Le confirmó que la segunda factura no era normal y, tras solicitar un número de teléfono para contactar con la oficina central, le indicó que no era posible y que debía escribir de nuevo al departamento financiero.

Así lo hizo, pero desde entonces solo han recibido silencio absoluto, sin devolución de las cantidades cobradas indebidamente ni justificación alguna.

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