
50 euros al mes. ¿Puede el renting social ayudar a expandir el coche eléctrico en Europa?
Un nuevo estudio propone implantar en Europa un programa de social leasing para facilitar el acceso al coche eléctrico a personas con bajos ingresos. Inspirado en el modelo francés, permitiría alquilar vehículos desde 50 euros al mes. El informe subraya la necesidad de adaptar el programa a las condiciones locales e incluir también vehículos medianos. Además, recomienda reforzar la infraestructura de carga para garantizar su viabilidad.

La transición hacia una movilidad eléctrica no será posible sin hacer que los vehículos sean accesibles para todos. Un nuevo estudio del prestigioso Öko-Institut, encargado por la organización Transport & Environment, pone sobre la mesa una solución concreta: el social leasing, un modelo de alquiler con apoyo público dirigido a personas con bajos ingresos. Francia ya ha demostrado su viabilidad, y ahora Europa evalúa su implementación con el objetivo de impulsar una movilidad más justa.
El modelo francés permite a personas con ingresos bajos o medios tener un coche eléctrico en formato de renting desde solo 50 euros al mes. Las condiciones en el caso francés son que su trayecto laboral supere los 15 km o recorran más de 8.000 km anuales. Esta política no solo elimina la barrera económica inicial de adquisición, sino que evita recurrir a préstamos, un obstáculo frecuente para muchos hogares.
Ahora, los expertos han propuesto extender este formato en toda Europa, adaptando cada programa a la realidad local, considerando la infraestructura de recarga, los hábitos de movilidad y las diferencias regionales.
El estudio sugiere que, para que el programa sea efectivo, debería contemplar también la opción de incluir vehículos de tamaño medio, especialmente para familias, ya que los hogares con menos recursos no siempre conducen únicamente coches pequeños.
Renting social: impacto limitado en empleo y segunda mano, pero positivo en emisiones

Según el estudio, incluso en un escenario en el que se promovieran 100.000 coches eléctricos al año mediante renting social, el efecto en el mercado laboral automovilístico europeo sería reducido. En cambio, desde una perspectiva climática, los beneficios serían considerables: solo en mercados como Alemania se evitarían la emisión de más de 200.000 toneladas de CO₂ al año. Aunque el impacto en el mercado de segunda mano sería limitado en términos absolutos, sí se podrían generar efectos notables en segmentos concretos como los urbanos o compactos.
Un elemento clave para el éxito del programa sería una inversión paralela en infraestructura de carga. Muchos de los hogares destinatarios viven en pisos sin acceso a cargadores privados, por lo que ayudas específicas, ya sea en forma de subvenciones directas o préstamos con condiciones favorables, resultarían esenciales.
El objetivo final es claro: que la movilidad eléctrica no sea un privilegio, sino una opción real para todos, principalmente entre los que mayor partido pueden sacar a su menor coste operativo.
Fuente | OEKO