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EBD, el sistema de reparto de frenada

El Electronic Brake Distribution, o traducido como distribución electrónica de frenado, es uno de los sistemas de seguridad activa que equipan los vehículos modernos. Se encarga de monitorizar y regular la frenada de cada rueda para maximizar la efectividad de la frenada.

En el momento de hacer una frenada, cada rueda de nuestro coche se puede encontrar en una situación diferente con respecto a las demás. Una puede estar en medio de un bache, otra pasando sobre un elemento deslizante y las otras dos estar bien agarradas al asfalto.

La transferencia de pesos del vehículo provoca diferentes inercias para cada rueda. Aplicar la misma cantidad de frenado a todas las ruedas por igual no es lo más efectivo para tener la mejor frenada.

Estas cuestiones son las que regula electrónicamente el EBD. Compensando el frenado de cada rueda de forma individual equilibra el vehículo constantemente y maximiza la capacidad de detención.

¿Cómo funciona el EBD?

En una curva, el EBD reparte más frenada a las ruedas exteriores para evitar un derrape

El EBD se sirve de la información recogida por diversos sensores, que traslada a una centralita donde se calcula la distribución de fuerza de frenado.

En primer lugar se usan sensores de velocidad en cada rueda para medir la velocidad de rotación. Comprueba que ésta sea igual a la velocidad del auto para evitar deslizamientos. Se recogen datos como el de rotación de cada rueda, a partir del cual se puede determinar el esfuerzo que ésta debe realizar para frenar o si el giro es tal que se está produciendo un deslizamiento. También se sirve del sensor de guiñada, elemento encargado de medir la velocidad angular sobre el eje vertical, es decir, la orientación del coche en las curvas.

Una vez determinada la fuerza necesaria en cada freno, se usan unas válvulas moduladoras para regular esa fuerza controlando el suministro del líquido de frenos. Al ajustar las válvulas hidráulicas se envía más fuerza a las ruedas que soportan más carga, equilibrando así la adherencia.

Un ejemplo práctico de cómo funciona el EBD

Pongamos un ejemplo práctico para comprenderlo mejor. Imaginemos que nos encontramos en una línea recta. Si el vehículo está ocupado sólo por el conductor y hacemos una frenada brusca, la fuerza de frenado es más fuerte en la parte delantera ya que influyen el peso del conductor y el motor. En los coches eléctricos el peso está mejor repartido gracias al menor peso del propulsor y la situación de las baterías.

Sin embargo, si el vehículo está ocupado tanto por pasajeros traseros como carga, el EBD reconoce esta diferencia de peso y aumenta la capacidad de frenada del eje trasero ante la frenada.

Aunque los vehículos sin EBD cuentan con una válvula de regulación hidráulica que ayuda a distribuir la frenada, en una situación como la descrita anteriormente puede no ser suficiente. Los factores de riesgo como llevar mucha carga en el vehículo, ir a gran velocidad, circular sobre pavimento irregular o en curva aumentan la distancia de frenado.

En una frenada de emergencia, el EBD tiene en cuenta la distribución del peso y gestiona la frenada para disminuir la distancia recorrida

En estas situaciones es donde el EBD muestra su utilidad, ya que es capaz de monitorear la velocidad y el agarre de cada rueda de manera independiente para determinar qué intensidad de frenado necesita cada una de ellas. De esta forma contribuye a mantener equilibrado el vehículo y minimiza la necesidad de que entre en funcionamiento el ABS.

¿En qué se diferencian el EBD y el ABS?

Aparte de tener ambas el objetivo de reducir la distancia de frenado, utilizar sensores y una centralita su proceder es diferente. El ABS o sistema de bloqueo de frenos intenta evitar que se produzca un bloqueo a la hora de frenar. Este bloqueo de los frenos provoca una pérdida de adherencia y que el coche comience a derrapar.

Para evitarlo, el ABS utiliza una serie de sensores que determinan si al frenar el coche está derrapando y en caso afirmativo suelta parcialmente los frenos para que la rueda vuelva a tener adherencia, frene más y nos permita girar.

Por otro lado, el EBD también utiliza sensores, una centralita y actúa sobre el sistema de frenado. Sin embargo, su objetivo es analizar las condiciones de cada rueda para determinar el tipo de frenada que necesita cada una de ellas, ya que cada una se encuentra ante un firme distinto y unas fuerzas e inercias diferentes, por lo que cada una de ellas necesita una aplicación de los frenos ajustada a sus necesidades.

Se puede decir que el EBD es un sistema preventivo que evita el derrape en una frenada ya que equilibra constantemente la fuerza de frenado y el ABS es un sistema activo ya que entra en funcionamiento cuando detecta el derrape durante una frenada repentina.

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