
Una recarga de un coche eléctrico acaba en bronca y denuncia en plena autopista
Algo que le ha pasado a casi todos los conductores de coches eléctricos, encontrarse un coche de combustión aparcado en una estación de carga, se ha convertido en gota que ha colmado el vaso de una conductora que ha terminado denunciando ante la policía el caso. Algo que, en algunos países, acarrea una fuerte multa.

Una conocida bloguera especializada en movilidad eléctrica de Alemania, ha vivido recientemente una experiencia que muchos hemos pasado, pero que en este caso ha tenido consecuencias. El pasado 5 de julio, al llegar con tan solo un 3% de batería a una estación de carga rápida en el área de servicio de Lorsch (Alemania), encontró ocupado uno de los dos cargadores disponibles por un coche de combustión. Lejos de recibir una disculpa, el encontronazo con los propietarios del vehículo acabó en denuncia.
Según relata la propia Oelmann en su cuenta de X, el otro punto de carga ya estaba ocupado por un coche eléctrico que había llegado justo antes, por lo que no le quedó otra que esperar a que los propietarios del vehículo de combustión regresaran para poder cargar. Tras 20 minutos bajo el sol, con el coche al límite, y sin alternativas cercanas, finalmente la pareja del modelo de combustión regresó “caminando tranquilamente”. Cuando la conductora les informó educadamente de que ese espacio estaba reservado para recarga, la respuesta fue, según sus palabras, una mezcla de indiferencia y desdén.
Lo que colmó la paciencia de Oelmann no fue solo el bloqueo, sino la falta total de empatía. “En seis años conduciendo eléctrico he visto muchas estaciones ocupadas por térmicos, pero siempre hubo una disculpa o al menos un intento de comprensión. Esta vez fue diferente. No mostraron ningún tipo de arrepentimiento.”
Denuncia ante la policía
Lo que podría haberse resuelto con una disculpa terminó con una denuncia. Oelmann, visiblemente molesta, explicó que esta era la primera vez que recurría a las autoridades. “Estoy harta. Si seguimos tolerando estos comportamientos, seguirán ocurriendo. Estos individuos deben rendir cuentas”, escribió en redes sociales.
Curiosamente, poco después del incidente, otro conductor de un coche eléctrico, esta vez un hombre mayor, se encontró con una situación similar en el mismo lugar. Al ver de nuevo el punto ocupado por un térmico, comentó resignado: “Entre cargadores averiados y térmicos bloqueando plazas, hoy ya me ha pasado varias veces. Creo que el próximo coche será otra vez de gasolina.” Oelmann expresó su solidaridad: “Con más de 70 años, a 36 grados al sol, y encima aguantando esto… le entiendo perfectamente.”
La normativa en Alemania es clara: está prohibido aparcar vehículos de combustión en plazas de carga para eléctricos, y la infracción puede suponer una multa de entre 50 y 600 euros. En casos reiterados o especialmente graves, incluso puede ordenarse que la grúa se lleve el coche, con un coste muy superior.

Cabe recordar que también los coches eléctricos están sujetos a normas similares. Por ejemplo, no pueden ocupar una estación de recarga pública más de cuatro horas durante el horario diurno (de 8 a 20 h), con una penalización de 0,10 euros por minuto si se excede ese tiempo.
En España, la ocupación de plazas de recarga para coches eléctricos en la vía pública está regulada por una combinación de normas nacionales, autonómicas y, sobre todo, ordenanzas municipales, ya que el control del estacionamiento urbano depende en gran parte de los ayuntamientos. En caso de incumplimiento, se puede imponer una multa de hasta 200 euros y, según la ciudad, incluso se puede ordenar que actúe la grúa.
Este tipo de situaciones evidencian una necesidad urgente de concienciación y, si es necesario, de endurecimiento de las medidas para proteger la infraestructura de recarga. En un contexto donde el coche eléctrico sigue creciendo en número, y encontrar un puesto de carga es todavía complejo, es fundamental garantizar el acceso a la recarga y que esto no sea una batalla diaria.