Quebec encarga 475 autobuses híbridos a Volvo
El ayuntamiento de la ciudad canadiense de Quebec ha realizado el que de momento es el encargo más grande recibido por Volvo de sus autobuses híbridos y que supondrá el desembarco en esta ciudad de nada menos que 475 unidades, todo enmarcado en un plan que contempla la adquisición de otras 1.200 unidades adicionales para el 2014.
De esta forma Quebec intenta lograr una importante reducción de la contaminación en la ciudad, donde el transporte público es uno de los principales culpables, al mismo tiempo que gracias a la mayor eficiencia de este tipo de autobuses se reduce también de forma importante el consumo de combustibles y que ayudará a Volvo a dar un impulso a su proyecto de autobuses híbridos.
Para poner en perspectiva lo que suponen las 475 unidades encargadas en una primera fase las podemos comparar con las apenas 1.600 que hasta el momento Volvo ha fabricado de sus modelos híbridos, y que en los últimos años han estado realizando unas pruebas que además de llamar la atención de Quebec, también lo ha hecho de otras ciudades como ciudad de México y algunas urbes brasileñas.
En 2007 arrancó este programa de autobuses híbridos, momento en el que los técnicos de Volvo estimaban que las 260 unidades puestas en la carretera lograrían un ahorro en torno al 25% respecto a sus variantes diésel, pero después de una primera fase, esta cifra ha sido mucho mejor, e incluso gracias a las últimas novedades introducidas los autobuses han logrado llegar hasta el 37% de mejora.
Para lograr esta mejora, los autobuses de Volvo disponen de un sistema híbrido paralelo que hasta una velocidad de unos 20 km/h son impulsados por el motor eléctrico, superada esa velocidad entra en acción un pequeño motor diésel de cinco litros, en lugar de los nueve habituales en este modelo, que se mueve en un régimen óptimo, ayudado por un cambio automático I-Shift, que supone un sistema más sencillo y eficiente que un cambio automático convencional.
La energía obtenida en las frenadas es almacenada en las baterías, lo que además de alimentar el motor eléctrico, le permite afrontar fuertes y prolongadas pendientes sin apenas tener que usar el freno mecánico evitando de esa forma el desgaste de las pastillas de freno en hasta un 50% respecto a un autobús convencional e incrementando la eficiencia del conjunto.
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Fuente | Volvo
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