El BMW i3 desborda las previsiones en Alemania ¿es sólo marketing?
Hay mucha hambre de coches eléctricos en Alemania. El mayor mercado de Europa, una población altamente concienciada y con un poder adquisitivo alto, dan como resultado un caldo de cultivo perfecto para el coche eléctrico. El problema es que hasta ahora las ventas apenas superaban a las que contamos en España. ¿La razón? no hay coches eléctricos alemanes en el mercado.
Pero eso está a punto de cambiar. A mediados de este mes desembarcará el BMW i3, un modelo que según los medios alemanes, está desbordando a los apenas 47 concesionarios habilitados para la distribución de estos vehículos. La lista de espera para una prueba dinámica ya se extiende más allá de las tres semanas. Pero lo más llamativo es que miles de personas están comprando los coches antes incluso de verlos, algo poco habitual en esta industria.
Hay otras buenas señales para BMW. El i3 está realizando el mismo efecto llamada que en su momento han hecho los Chevrolet Volt y Nissan LEAF. Hay muchos clientes que nunca habían mostrado interés en los vehículos del fabricante alemán, que ahora forman parte de una lista de espera que supera las 9.000 personas.
Los compradores prefirieron invertir ese dinero en el sistema de recarga rápida. En total esta opción, que nos permite recargar en las futuras tomas CCS, sale por 1.800 euros, cable incluido. A esto hay que sumar el punto de recarga para el hogar, que sale entre 900 y 1.400 euros, según marca.
Síndrome Twizy
Para el lanzamiento del BMW i3, el fabricante alemán ha puesto en marcha una poderosa maquinaria publicitaria. A la vista de los datos, la primera fase parece que cumplirá con el objetivo de vender toda la producción estimada para el primer año. Pero la pregunta es ¿que pasará después?.
Hemos visto el caso del Renault Twizy. Un modelo que el primer año ha logrado unas cifras de ventas bastante decentes en Europa. Unas matriculaciones que en el segundo año han caído en algunos países el 90%. Una fuerte campaña publicitaria provocó un elevado interés en la primera fase, pero pasado este «calentón», las aguas han vuelto a su sitio y las matriculaciones del Twizy han caído hasta casi cero.
Evidentemente hablamos de dos conceptos totalmente diferentes. Pero el BMW i3 podría sufrir este mismo síndrome ya que una vez pasada la primera fase de entregas a los más impacientes, tendrá que enfrentarse a un mercado donde no se encontrará muchos amigos. Un coche de 4 metros, sin apenas maletero, y que sumado el accesorio de la recarga rápida alcanza los 40.000 euros, no lo tendrá nada fácil.
La parte positiva para BMW es que no hay muchas alternativas. Renault continúa sin querer vender su ZOE. Los franceses permanecen amarrados a un sistema de alquiler que frena cualquier posibilidad del compacto. El Nissan LEAF juega en otra liga, al igual que el Mercedes Clase B, que puede ser uno de los que mayor sombra le haga, dependiendo claro del precio con el que salga.
Por lo tanto podemos decir que el BMW i3 desborda las previsiones, ahora la cuestión es saber si mantendrá esta dinámica.
Vía | Mittelbayerische (alemán)