BMW y Bosch se unen para dar una segunda vida a las baterías de los coches eléctricos
Una de las grandes y más interesantes preguntas que nos suelen hacer es qué pasará con las baterías de los coches eléctricos una vez que estas ya no puedan cumplir con su cometido original.
La respuesta es sencilla, seguirán trabajando como acumuladores de electricidad, sólo que en lugar de dentro de un coche, lo harán en viviendas particulares e incluso grandes instalaciones eléctricas. Precisamente esta segunda opción es en la que trabajan de forma conjunta BMW, Bosch y la empresa energética Vattenfall.
Entre las tres están preparando una instalación experimental donde 100 baterías procedentes del i3 se utilizan para ajustar y equilibrar las fluctuaciones a corto plazo en la red eléctrica.
Con una capacidad de casi 2 MW, esta instalación será usada para almacenar la energía procedente de un parque eólico cercano. Un sistema de producción donde el período de máxima producción coincide con el de menor demanda de la red. Esto permite servir la electricidad cuando la red la necesite en tiempo real, eliminando uno de los principales problemas de las energías renovables, la necesidad de consumo inmediata de su producción.
En otro emplazamiento se está preparando una instalación similar, pero destinado a su promoción entre las viviendas particulares. Una alternativa la de crear una micro red de baterías, que permitirá a la red reducir la demanda en horas pico gracias a las baterías, que se recargarían durante las horas de menor demanda.
Por supuesto para que esto sea una realidad se necesitan millones de baterías de coches eléctricos. Esto nos indica que todavía necesitaremos unos cuantos años para poder ver aplicada esta idea a gran escala, pero ofrece una visión de la importancia del coche eléctrico que va mucho más allá de la de un simple automóvil.
Vía | Automobil-industrie (alemán)