Estos días corre como la pólvora por la red una noticia que puede llevar a muchos al engaño. Se trata de la presunta prohibición de Alemania a los coches diésel y gasolina para 2030. Un titular explosivo y llamativo, que por desgracia no es cierto.
La cuestión es que esta propuesta tiene como origen el Consejo Federal alemán (Bundesrat). Un órgano de representación de los dieciséis estados federados de Alemania, pero cuyas competencias están supeditadas al parlamento (Bundestag).
Esta petición pretende que a partir de 2030 ningún fabricante pueda vender coches dotados de un motor de combustión en el mercado alemán. Un movimiento tan agresivo como sorprendente al proceder de un organismo representante del principal fabricante de coches de Europa, uno de los más grandes del mundo, y que además está a la cola en el nuevo mercado de los coches eléctricos.
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La petición tiene como germen los recientes acuerdo ambientales de París. Los organizadores de esta medida indican que no será posible alcanzar sin una drástica transformación del sistema de transporte. Un sistema que es uno de los principales causantes de las emisiones, y que debe caminar lo antes posible hacía una electrificación completa.
Según el Bundesrat, el objetivo debería ser que para 2050 prácticamente ningún coche diésel o gasolina recorriese las carreteras alemanas. Algo que se podría lograr prohibiendo las ventas de nuevos coches a partir del 2030. Eso abriría un periodo de 20 años para que los modelos en la carretera fuesen terminando su vida útil, y siendo sustituidos por modelos eléctricos.
Pero por desgracia, esta petición no pasa de ser una recomendación que tendrá que pasar por el Parlamento alemán, e incluso en el hipotético caso de ser aprobada, luego tendría que pasar por el Parlamento Europeo. Por lo tanto, parece que al menos de momento, Alemania no va a prohibir los coches diésel y gasolina en 2030.
Pero sin duda esta noticia además de llegar como un titular llamativo a los grandes medios, puede servir como semilla para que el debate llegue a niveles más altos. Y es que si queremos lograr cumplir con los acuerdos vinculantes de la cumbre del clima de París, Europa debe dar pasos firmes de cara a la mejora radical de la eficiencia de su transporte.
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Vía | Spiegel
