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Crecen las críticas hacia la calidad de las líneas de montaje de Tesla. ¿Intento de desprestigio o verdaderos problemas?

Los problemas de Tesla a la hora de producir sus vehículos no son nada nuevo. Tampoco es de extrañar que una empresa tan joven encuentre más dificultades en los procesos de fabricación de sus modelos que otras que llevan décadas en el negocio, pues el Model S se lleva produciendo en serie desde 2012 (el Roadster era un modelo casi artesanal).

Sin embargo, estos problemas le han costado una mala imagen en relación a la calidad de sus acabados. Son numerosos los clientes que se han quejado de los crujidos y grillos que pueblan los interiores de sus Tesla, así como problemas endémicos en las manillas de las puertas y las puertas en alas de gaviota del Model X.

Avistado un Tesla Model 3 circulando por Alemania, y recargando en un Supercargador

Estos defectos también se han dejado notar a los ojos de los probadores profesionales, que han criticado las enormes tolerancias que hay entre los paneles de las carrocerías de los Tesla, así como la existencia de arañazos en modelos nuevos producto de unos controles de calidad probablemente laxos. Incluso en el reciente y menos complejo Model 3, muchos reporteros han criticado la pobre calidad de su interior, con ajustes mejorables en líneas generales.

Ahora, varios empleados y ex-empleados de Tesla han revelado a Reuters los problemas existentes en la línea de producción de los Model S y Model X. En palabras de estas personas, la prioridad de Tesla es construir rápido, lo que lleva a que numerosas unidades tengan que ser reparadas una vez salidas de la línea de montaje.

Esto es un problema, ya que cuesta dinero, ralentiza las entregas y pone en evidencia que Tesla tiene unos controles de calidad demasiado laxos. Así, mientras que marcas como Toyota tendría que realizar reparaciones a menos de un 10% de los coches que produce, Tesla superaría el 90%.

Esta cifra llevaría a la creación de lotes de reparación, es decir, grupos de vehículos que se dejan en campas para proceder a repararlos a posteriori. Los fallos van desde pequeñas abolladuras hasta asientos defectuosos. Algo a día de hoy impensable en fabricantes de lujo con los que rivaliza Tesla, como Audi, BMW o Mercedes-Benz.

Tesla ha desmentido todas estas informaciones. La compañía declara que su proceso de control de calidad es inusualmente riguroso, diseñado para marcar y corregir las imperfecciones más pequeñas, de ahí que se realicen reparaciones tras la salida de la línea de montaje. Sin embargo, se ha negado a facilitar los datos relativos a las tasas de defectos de los Model S y Model X.

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Fuente | Reuters

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