Hace unos días hemos visto como un colegio estadounidense cambiaba su autobús gasolina por uno eléctrico. El principal motivo no era ecológico o educativo, pensando en los niños. La principal razón según sus promotores es puramente económica.
Cada día este pequeño autobús con capacidad para 32 niños, evita el consumo de 60 litros de gasolina. Un ahorro que se estima alcanza los 8.000 euros al año, sólo teniendo en cuenta el combustible, dejando a un lado los costes del mantenimiento mecánico. Esto nos lleva a plantearnos cuando podríamos ahorrar cada año en España sustituyendo los autobuses diésel, por modelos eléctricos.
Y es que con unas rutas fijas, y normalmente bastante limitadas, los autobuses tanto escolares como de corta distancia son un nicho de mercado realmente interesante. Sólo en la Comunidad de Madrid hay en torno a los 4.600 autocares y autobuses con licencia* para transportar pasajeros.
Vamos a imaginar que al menos la mitad de estos autobuses podrían ser sustituidos por modelos eléctricos. Trasladamos el ahorro del pequeño autobús norteamericano, obviando la diferencia de tamaño, pero también el menor coste de la gasolina en Estados Unidos. El resultado es que cada año podríamos ahorrar sólo en combustible un mínimo de 18.4 millones de euros en la comunidad de Madrid.
A esto sumamos los menores costes de mantenimiento de un eléctrico, y por supuesto, la reducción de las contaminación que en el caso de Madrid alcanza niveles más que preocupantes. El resultado es un sistema de transporte eficiente, y respetable. Una inversión elevada que tendrá una importante recompensa para todos.
*Datos de la Universidad Politécnica de Madrid