Breda es una pequeña localidad holandesa de 170.000 habitantes, que se ha convertido en uno de los mejores ejemplos de como se deben hacer las cosas en cuanto a la infraestructura de recarga para coches eléctricos.
En estos momentos la ciudad cuenta con un total de 62 puntos de recarga pública. Un número que ya quisieran muchas de las grandes capitales de nuestro país…para dentro de 10 años. Pero no contentos con esto, el gobierno de la ciudad ha anunciado la instalación de otras 30 estaciones de recarga.
Si se suman las solicitudes en proceso de aprobación, esto llevará el total de puntos de recarga disponibles para el próximo año a nada menos que 163. Una cifra simplemente impresionante para una localidad de este tamaño.
No contentos con eso, desde el propio ayuntamiento se animará a los propietarios de garajes subterráneos e incluso privados, a que instalen puntos de recarga, facilitando y ayudando económicamente a los que estén interesados. Para dar ejemplo, el propio ayuntamiento ha puesto en marcha una serie de puntos de recarga en sus propias instalaciones, para dar servicio a los vehículos eléctricos de la flota municipal.
Incluso la colocación de los puntos de recarga públicos deben recibir el visto bueno de los residentes. Cada vez que se apruebe la instalación de una de estas estaciones, los vecinos de la zona serán consultados por si quieren poner alguna queja por este elemento. Si no hay ningún problema, se procede a su instalación.
¿Veremos algún día este tipo de actuaciones en nuestro país? Pues por suerte ya hay lugares que pueden presumir de al menos acercarse, como Valladolid, que se ha convertido en una de las ciudades pioneras y un ejemplo dentro de nuestro territorio de como hacer las cosas, pero que por desgracia, parece la excepción que confirma la regla.
Vía | Bredavandaag (holandés)
