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El vehículo eléctrico como oportunidad de negocio para las empresas eléctricas

Actualmente el sector del transporte está fuertemente dominado por la industria del petróleo. En España hay más de 20 millones de vehículos de combustión que cada día queman miles de litros de combustible para transportar tanto personas como bienes y materiales. Este dominio de los combustibles fósiles en el sector del transporte todavía durará muchos años, pero lo cierto es que ya se vislumbra un futuro en el que nos moveremos utilizando otro tipo de energía: la electricidad.

Con la llegada de la electricidad al transporte de forma masiva, el negocio energético entorno al transporte se tendrá que repartir. Las petroleras verán cómo el consumo de petróleo desciende de forma importante mientras la población apuesta por un tipo de movilidad más limpia, más cómoda y más eficiente.

En ese sentido, las grandes beneficiadas serán sin duda las empresas eléctricas, que verán como el consumo de energía eléctrica aumenta de forma considerable. Y es que para una empresa que vende electricidad, la popularización del coche eléctrico es una bendición. Una bendición que no solo se extiende a las grandes empresas eléctricas, sino también a la gran cantidad de nuevas comercializadoras que han ido apareciendo durante los últimos años.

Como hemos dicho, el aumento del consumo eléctrico es sin duda uno de los aspectos que más beneficiará a las empresas eléctricas de la llegada del coche eléctrico al mercado de masas. Pero realmente, el potencial es mucho más grande: se abre un nuevo modelo en la gestión de la energía eléctrica.

Los coches eléctricos representan cargas flexibles que tienen el potencial de ser gestionadas por las propias empresas eléctricas o los operadores de la red. Todo ello en un futuro donde la integración de las energías renovables en el sistema eléctrico será mayor a la actual. Unas energías renovables que como sabéis son intermitentes y están sujetas a las condiciones climatológicas.

Un claro ejemplo del potencial de la popularización de la movilidad eléctrica es su integración con la energía eólica y solar. Según aumenta la cantidad de potencia instalada de estas dos tecnologías, más normal será que haya picos de sobreproducción solar durante las horas centrales del día, así como excedentes de energía eólica durante la noche. Hoy en día esa sobreproducción es difícil de gestionar en muchos países, siendo muchas veces la única solución posible limitar la producción. O lo que es lo mismo, echar a perder una energía limpia y libre de emisiones.

Sin embargo, el hecho de tener miles de coches eléctricos conectados a la red eléctrica es el complemento perfecto para gestionar estos periodos de sobreproducción. Unos coches que podrán ser cargados con esta energía y que además servirán para estabilizar la red eléctrica al mismo tiempo. Para ello, eso sí, será necesaria una comunicación entre los coches y la red, el lo que se conoce como Smart Grids o Redes Inteligentes. Ya os hemos hablado anteriormente de la tecnología V2G (Vehicle to Grid) y su potencial, así como del impacto del vehículo eléctrico en la red.

A ello se suma la posibilidad de que estas empresas empiecen a entrar en otros modelos de negocio, como puede ser asesorar a sus clientes en temas de movilidad eléctrica, ofreciéndoles el Wallbox y la tarifa que mejor se adapte a sus necesidades.

Por no hablar de un futuro cada vez más cercano donde se popularizarán las instalaciones solares y las baterías del hogar, que en combinación con un coche eléctrico cambiarán el paradigma del negocio eléctrico por completo.

Lo que está claro es que a las empresas eléctricas se les abre una ventana de oportunidades con la llegada de la movilidad eléctrica. En sus manos está aprovecharlas o no.

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