Reino Unido ha confirmado que está preparando nuevas medidas destinadas a mejorar la calidad del aire en el país. Entre ellas además de las ayudas directas a la compra de coches eléctricos actuales, o la obligación a las petroleras de instalar puntos de recarga en las gasolineras, ahora se sumará la prohibición de venta de nuevos coches con motor de combustión en 2040.
De esta forma los británicos siguen el ejemplo de otros países, como Francia pero antes también India, Noruega y Holanda. Una medida que en este caso al igual que los franceses, se ha estimado en un plazo bastante largo.
Según el gobierno, la calidad del aire es uno de los principales riesgos para la salud pública en Reino Unido, y de esa forma están determinados a poner en marcha acciones determinadas en el plazo más corto posible. Es por eso que dotarán con nuevos fondos a los programas de reducción de las emisiones que tendrá un presupuesto de unos 3.000 millones de libras, de los cuales 1.000 millones irán destinados a ayudas directas, y 100 millones a infraestructuras de recarga.
Una de las diferencias que traerá este proyecto respecto al de Francia, es que la prohibición incluirá de forma específica también a los modelos híbridos. Un sector que muchos fabricantes están usando como un lavadora de imagen, como por ejemplo Volvo, aludiendo a la producción de coches eléctricos cuando lo que hacen son simples híbridos.
Lo que de momento parece que no se extenderán serán las zonas restringidas para los coches con motor de combustión con peaje de entrada. Una posibilidad que indican será un último recursos en caso de que el proyecto no evolucione favorablemente.
El proyecto final verá la luz a finales de este mes de julio, y algunos expertos lo han catalogado como mucho menos ambicioso de lo esperado en un primer momento. Por su parte desde el gobierno indican que esperan que el texto final sea acogido con más optimismo.
En cuanto a la pregunta de si el plazo de tiempo estipulado por el gobierno es corto o largo, el profesor David Bailey, experto en la industria de la automoción en la Universidad de Aston, ha indicado que el calendario marcado cuenta con plazos suficientemente largos como para tomarlos en serio. Será una clara señal para los fabricantes y consumidores de la dirección que está tomando el sector, y puede servir para acelerar la transición hacia los coches eléctricos.
Una medida que como la puesta en marcha en Francia, tiene mucho más de simbólico que de real, pero servirá desde ya para poner de nuevo al coche eléctrico en la primera plana de la actualidad, lo que siempre es positivo para el sector.
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Vía| The Guardian
