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Las baterías del BMW i3 ayudan a estabilizar la red eléctrica, e incluso pueden hacer ahorrar dinero a sus propietarios

Durante la pasada Cumbre del Clima celebrada en San Francisco, el Grupo BMW y la eléctrica norteamericana PG&E han presentado los resultados preliminares de una interesante prueba que han realizado para comprobar el potencial del uso de los coches eléctricos como almacenamiento estacionario de la red eléctrica.

Los primeros datos recogidos indican que efectivamente el coche eléctrico, en este caso el BMW i3, ha podido ayudar a estabilizar la red, reduciendo los picos de demanda en las horas de mayor actividad, y además ayudando a maximizar la participación de las energías renovables.

En otra de las partes del proyecto se centraba en conocer si los usuarios estaban dispuestos a cambiar sus hábitos de carga de sus vehículos a cambio de incentivos, como tarifas más económicas. Algo que ha tenido una buena acogida con una importante mayoría de los mismos respondiendo de forma positiva a centrar las recargas en las horas que le indique la compañía eléctrica. Y todo de forma totalmente automatizado.

El proyecto piloto, denominado ChargeForward, se desarrolla en California y está creando nuevas oportunidades para vincular la electromovilidad con una transición energética que sirva para la protección del medio ambiente. Por primera vez, existe una tecnología capaz de vincular a los vehículos eléctricos y las redes de distribución de electricidad, con el potencial de hacer que la conducción de estos modelos sea completamente libre de emisiones.

Los factores de control central son los pronósticos diarios del proveedor de energía, que podrá saber cuándo y cuánta electricidad renovable estará disponible en la red en cada momento. Además, se tienen en cuenta los requisitos de tiempo del cliente para el uso del vehículo, y los tiempos de estacionamiento. La unidad telemática ConnectedDrive y la aplicación «BMW Connected» instalada en cada vehículo BMW desempeñan un papel central aquí.

Esta aplicación permite que el proceso de carga de un vehículo conectado a la red eléctrica sea flexible. Como resultado, el proceso de carga puede interrumpirse temporalmente si se produce un pico de demanda en la red eléctrica, y continuar después de la finalización de este consumo máximo. Por supuesto el conductor recibe un aviso en su teléfono de cada incidencia. El resultado es que raramente el cliente ha tenido que usar su coche durante las fases de recarga, lo que ha permitido cargar siempre en las horas más económicas, con el consiguiente ahorro económico.

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Los resultados de la segunda fase del proyecto muestran hasta qué punto una estrategia de carga flexible puede contribuir no solo a la estabilización de la red eléctrica, sino también al aumento de la participación de las energías renovables para recargar las baterías.

En la soleada California, los controles de carga específicos han dado respaldo recientemente el mayor uso de electricidad renovable para el Día del Planeta. Alrededor de 350 conductores que participan en el proyecto piloto ChargeForward de BMW se animaron a cargar las baterías de sus vehículos durante el día. De esta manera, siempre priorizaron sus necesidades energéticas cada vez que la energía solar estaba disponible a gran escala.

El resultado ha sido que el 56% de la recarga en el período de prueba procedía directamente de electricidad extraída de fuentes renovables. Una cifra que para los niveles de Europa nos pueden parecer modestos para un proyecto piloto, pero que podemos comprar con el promedio de las energías renovables en la red de Estados Unidos, que ese mismo día llegaba a solo del 22%.

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Fuente | BMW

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