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Noruega alimenta a toda su flota de coches eléctricos con energías renovables

En cualquier conversación sobre coches eléctricos, es más que posible que en algún momento aparezca el ejemplo de Noruega. Y es que el país nórdico se ha convertido por méritos propios en la gran referencia a nivel mundial por su apoyo y por la penetración a nivel de ventas de este tipo de vehículos.

Esto ha permitido lograr cifras de ventas impresionantes. Por ejemplo, el pasado mes de junio hemos podido ver como sumando eléctricos puros e híbridos enchufables, la cuota de mercado ha llegado a nada menos que el 50.4%, con un incremento de ventas del 30.2% respecto al pasado año.

Pero en estas conversaciones eléctricas, también suele aparecer el argumento de la producción eléctrica. Que si los coches eléctricos contaminan por consumir electricidad procedente de fuentes sucias, como el carbón o el gas. Pero en este caso Noruega tiene más malas noticias para los escépticos, ya que puede presumir de contar con una producción casi al 100% renovable.

Las fuertes inversiones del gobierno en las últimas décadas ha permitido al país lograr  un volumen de generación hidroeléctrica lo suficientemente potente como para cubrir en la actualidad el 96% de su demanda eléctrica, mientras que el 2% se realiza con energía eólica y biomasa. Algo que en la práctica supone que cargar un coche eléctrico mediante la red en Noruega es completamente limpio.

No sólo eso, además de ser un conocido exportador de petróleo, Noruega se ha convertido también en una fuente de electricidad para otros países. Como ejemplo el acuerdo firmado en 2014 con Reino Unido, para la construcción de la conexión eléctrica submarina más grande del mundo que le permitirá exportar el exceso de producción.

Y todo esto con planes para continuar aumentando la potencia instalada de fuentes como la eólica o la solar. Noruega planea la apertura del mayor parque eólico del país en la zona de Rogaland en 2019, que tendrá una capacidad combinada de 294 MW y producirá anualmente cerca de 1.000 GWh (1 TWh), lo que equivale al consumo anual de aproximadamente 50.000 hogares.

Noruega está comprometida en la lucha contra el cambio climático, así lo demuestra acogiéndose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por este motivo se ha fijado como propósito para 2030 reducir al menos el 40% de sus emisiones en comparación con los niveles de 1990. El país, que firmó y ratificó el Protocolo de Kioto en 2008, redujo sus emisiones en un 9% entre 1990 y 2012, y tiene previsto ir aún más lejos disminuyendo hasta un 30% de aquí a 2030 y consiguiendo la neutralidad carbónica al anular el 100% de emisiones de aquí a 2050.

Ahora el objetivo de Noruega es que en 2025 todos los coches que se vendan en el país sean eléctricos. Además, han comenzado a electrificar la industria naviera mediante la introducción de transbordadores y cruceros eléctricos. Es también el primer país que se ha propuesto abandonar el gas como fuente para calefacción a partir de 2020. Con esta medida dejaría de emitir 340.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero.

Un ejemplo paradigmático de un país que apuesta por aprovechar sus recursos no sólo para ingresar dinero con la venta de petróleo, sino para desarrollar una sociedad libre de emisiones en el transporte, y que además de los beneficios medioambientales, podrá sacar el máximo partido económico al menor coste de moverse con electricidad en lugar de usar combustibles fósiles.

Fuente | Innovasjonnorge

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