En 12 años Dinamarca prohibirá la venta de coches diésel y gasolina, apostando en su lugar por el coche eléctrico

Este martes se ha presentado en Dinamarca un proyecto para poner punto final a la era del coche con motor de combustión. El pequeño país europeo pretende poner en marcha una ley que en 12 años supondrá en la práctica que los concesionarios del país no podrán vender coches diésel ni gasolina.

Esta iniciativa, que todavía tiene que recibir luz verde en el parlamento, supone que a partir de 2030 no se podrán vender coches con motor de combustión en Dinamarca. Y cinco años después, en 2035, todos los coches que se matriculen tendrán que ser cero emisiones. algo que dejará fuera también a los híbridos.

Con la medida de prohibir las matriculaciones en 2035, el gobierno quiere asegurarse de que los daneses compren coches convencionales fuera del país y los importen. Una manera de evitar la picaresca que facilita el mercado común.

De esta forma los daneses se suman al grupo de estados que han anunciado planes a largo plazo que pretenden terminar con las ventas de este tipo de vehículos. Por ejemplo Noruega y Holanda lo harán en 2025. Otros como Francia y Reino Unido se han propuesto como fecha final el 2030.

La intención es que para esa fecha Dinamarca tenga un millón de coches híbridos y eléctricos recorriendo sus carreteras, lo que en la práctica supondrá sustituir a la mitad de la actual flota del país en este corto periodo de tiempo.

Pero mientras que este tipo de prohibiciones pueden tener un efecto mediático importante, la realidad es que su efectividad práctica es prácticamente nula. No afecta a la estrategia de unos fabricantes que suelen trabajar a más corto plazo. Tampoco en la decisión de los consumidores que adaptan sus compras también a factores mucho más cercanos en el tiempo, y que realmente les afecte.

Medidas como la prohibición de entrada en las ciudades, incluso a largo plazo, puede ser un formato mucho más efectivo a la hora de influir en la decisión de un consumidor a corto plazo. Y es que el coche es una compra a más largo plazo, y sabiendo que en unos años no podremos usarlo para acceder al centro de las ciudades sin duda será de mayor efectividad.

Pero sin duda el anuncio de Dinamarca, que como hemos dicho todavía tiene que pasar el trámite parlamentario, tiene un carácter más simbólico que otra cosa, y que debería estar integrado en una serie de medidas que ayuden a acelerar la implantación del coche eléctrico, como la puesta en marcha de ayudas o deducciones fiscales, la expansión de las redes de recarga, los privilegios para los eléctricos en las ciudades…etc.

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