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Las fibras de carbono pueden almacenar energía formando parte de la estructura de un vehículo

Un grupo de investigadores de la Universidad de Tecnología de Chalmers (Suecia) ha demostrado la capacidad de almacenamiento de energía de las fibras de carbono con una cierta orientación. Este hallazgo abre la posibilidad de utilizar partes estructurales de un vehículo como fuente de almacenamiento de energía, lo que abre la posibilidad del desarrollo de «baterías estructurales». Además, la utilización de este tipo de almacenaje se traduce en una reducción de peso de hasta el 50%.

Uno de los problemas fundamentales de los coches eléctricos a día de hoy es el de la autonomía. Dicho problema se puede resolver por dos vías: el aumento de la capacidad de las baterías o la reducción del peso. Por desgracia, un aumento de la capacidad de carga de la batería suele esta relacionado con un aumento del peso y volumen, o viceversa. Este conflicto puede verse superado con este nuevo descubrimiento.

Leif Asp, profesor de Mecánica de Materiales y Computación, ha dirigido un estudio sobre la variación de las propiedades electroquímicas de las fibras de carbono en función de su microestructura. Este grupo de investigadores estudiaron la microestructura de diferentes tipos de fibras de carbono, y se descubrió un tipo de fibras con una rigidez más alta que la del acero y con buenas propiedades de conducción y almacenamiento de electricidad.

Tras este descubrimiento, se está investigando, en colaboración con la industria del automóvil y la aviación, cómo aplicar este tipo de fibras al cuerpo de un vehículo para que sirva como estructura del mismo y como almacenaje de energía, además de otros usos como su función como sensores del automóvil y para la recopilación de datos. Todo esto se traduciría en una reducción del peso de aproximadamente el 50%, lo que permitiría aumentar considerablemente la autonomía gracias a la mayor ligereza del conjunto y al aprovechamiento del propio vehículo como batería.

A pesar de que este tipo de «baterías estructurales» son menos eficientes que las tradicionales baterías de ion-litio, las ventajas que aportan respecto a la eficiencia total del conjunto del vehículo son considerables y pueden aportar grandes beneficios a nivel del sistema completo. Además, en palabras de Leif Asp, «la menor densidad de este tipo de baterías las hace más seguras que las baterías tradicionales, ya que no contienen sustancias volátiles«.

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