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¿Qué vida útil tiene un motor eléctrico?

Desde un punto de vista mecánico, los coches eléctricos son mucho más sencillos que los térmicos: frente a las decenas de piezas móviles que componen un motor de combustión interna, los propulsores eléctricos solo tienen una; además, en la mayoría de casos se prescinde de complejas cajas de cambios, lo que permite aumentar todavía más la sencillez de estos vehículos. Pero, ¿hasta qué punto es duradero un motor eléctrico? La página VehicleSuggest ha realizado un interesante análisis al respecto.

A día de hoy, los motores más empleados en los coches eléctricos son los síncronos de imán permanente, los de inducción de corriente alterna, los de reluctancia y los de corriente continua. En todos los casos, se comparte una arquitectura sencilla, pues no requieren de aceites, correas adicionales, etc. Además, su temperatura de operación es de solo 40ºC.

Algunos de los factores que afectan a la vida útil de los motores eléctricos son los cambios de carga de trabajo repentinos, las fluctuaciones en la potencia de entrada, una instalación incorrecta, la humedad y la temperatura. A pesar de ello, y siempre que se utilice en condiciones normales de funcionamiento, un motor eléctrico puede durar el equivalente a entre 15 y 20 años (o cifras superiores) y más de 640.000 km (en algunos casos concretos más de 1,6 millones de kilómetros).

A la hora de crear un coche eléctrico, los fabricantes deben tener en cuenta diversos aspectos para asegurar la durabilidad del mismo. Por ejemplo, la irregularidad en el suministro de corriente y de tensión puede provocar temperaturas de funcionamiento más altas o incluso fallos en el motor. Los armónicos de corriente, los transitorios y los desequilibrios de tensión son algunos de los puntos a controlar para asegurar el buen funcionamiento del sistema eléctrico.

La sobrecarga mecánica compromete los componentes del motor (aislamiento, acoplamientos, cojinetes, etc), lo que disminuye su eficiencia y puede provocar fallos prematuros. Por lo tanto, es importante diseñar motores eficientes y con rendimientos adecuados.

Algunos de los factores que pueden llevar a averías prematuras en los motores eléctricos son los siguientes:

  • Contaminación: la acumulación de productos químicos, suciedad y polvo es una de las principales causas de fallo de un motor eléctrico, pues la presencia de partículas extrañas dentro del motor deteriora los rodamientos, aumentando el desgaste y las vibraciones.
  • Sobrecalentamiento: un aumento en la temperatura de un motor eléctrico puede producir fallos de funcionamiento; normalmente se debe a un entorno operativo con una temperatura elevada o a la baja calidad del suministro eléctrico.
  • Vibraciones: a menudo causadas por la colocación defectuosa del motor en una superficie inestable o irregular, o debido a la corrosión, desalineación, etc. Las vibraciones reducen de forma notable la vida útil del motor, como hemos señalado antes.
  • Fallos de aislamiento: la degradación del aislamiento de los devanados debido a fallos físicos, a la corrosión y al sobrecalentamiento puede provocar cortocircuitos y fugas.
  • Sobrecarga eléctrica: un flujo de corriente excesivo (por encima de las especificaciones de seguridad) sobrecarga el motor, pudiendo provocar fallos en el mismo. Un voltaje bajo puede dar como resultado un exceso de corriente en un intento de mantener el par, mientras que un voltaje excesivo también puede sobrecargar el sistema.

Fuente | VehicleSuggest

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