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El grave problema de redes de recarga como Iberdrola y su dependencia de la conectividad

La recarga de un coche eléctrico en España en pleno 2020 sigue siendo una cuestión de héroes. No solo tenemos una de las redes más pobres en extensión, sino que además su funcionamiento deja mucho que desear incluso en los mejores casos. Puntos que no conectan, otros ocupados por vehículos con motor de combustión o eléctricos que han terminado su sesión…etc. Algo a lo que ahora podemos añadir los problemas de conectividad de algunas de las redes más importantes como la que ha sufrido hace unos días Iberdrola.

Así lo avisaba a principios de este mes la asociación de usuarios de vehículos eléctricos de España, AUVE, que daba cuenta de la caída generalizada de la red de recarga de Iberdrola en toda España. Una situación que ha durado casi un día entero y que ha supuesto un grave imprevisto para muchos usuarios en el inicio de sus vacaciones.

El principal problema en este caso es que los puntos funcionaban perfectamente, pero la incidencia estaba en la parte donde el cliente debe activar la estación mediante la aplicación del móvil, que no funcionaba. Algo que en la práctica ha supuesto que muchos usuarios hayan visto la estación en marcha en su mapa, pero al llegar no han podido poner en funcionamiento la misma.

https://twitter.com/AsociacionAUVE/status/1292196464148480002

Una situación que ha durado hasta la mañana del día 9 de agosto cuando la compañía eléctrica confirmó la solución de los problemas de su red. Pero en el camino muchos usuarios se han quedado sin cargar y con la incertidumbre de si esto volverá a pasar.

Algo que podría solucionarse con un sistema alternativo de activación de los puntos como un sistema de apertura de los mismos mediante un mensaje ya sea por sms o por las aplicaciones como Telegram o Whatsapp, o con el uso de un sistema físico como una tarjeta alternativa o un llavero que permita poner en marcha la sesión.

Una compañía que ha lanzado diferentes anuncios sobre su gran plan de expansión de su red de recarga que indican supondrá instalar 150.000 puntos hasta 2025. Una iniciativa que debería suponer una gran noticia para todo el sector y los usuarios pero que se ve empañada por los problemas de conectividad que suponen una espada de Damocles para aquellos que tengan que visitar una de estas estaciones.

Pero no acaban aquí las preocupaciones para los usuarios de redes como la de Iberdrola, y es que aunque la red esté funcionando, puede que el punto que necesiten visitar no lo esté. Y es que hemos podido comprobar como algunas de las nuevas estaciones llevan más tiempo a la espera de una reparación que en funcionamiento, con el grave perjuicio para unos usuarios que cuentan con una red muy pobre, sin apenas alternativas, y las pocas que hay en cuanto caen tardan semanas o meses en volver a estar en funcionamiento.

Unas redes que en muchos casos se han levantado con ayudas públicas, y que desde el gobierno debería vigilarse que cumplan con unas mínimas normas de uso y no sean simples especuladores que buscan ocupar un espacio estratégico a la espera del crecimiento del mercado para frustración de los actuales propietarios.

Y es que podemos ver decenas de testimonios en las redes sociales de usuarios que llegan a estaciones rápidas que ofrecen una potencia muy inferior a su capacidad máxima, otras que se estropean y no vuelven a repararse, pero que han cobrado su correspondiente subvención y ocupado un terreno que no podrá ser usado por otra red.

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