Un equipo de investigadores de la Universidad de Kyoto y Toyota han logrado desarrollar una batería de iones de fluoruro capaz de almacenar hasta siete veces más energía por unidad de peso que una batería de iones de litio convencional, lo que sobre el papel permitiría la comercialización de coches eléctricos con 1.000 km de autonomía por carga.
El equipo de investigación liderado por Yoshiharu Uchimoto, profesor de la Universidad de Kyoto, ha recurrido a esta química debido a que su densidad energética teórica es muy superior a la de las baterías de iones de litio. El ánodo del prototipo está compuesto por flúor, cobre y cobalto, mientras que el cátodo está hecho principalmente de lantano.
Sobre el papel, el empleo de baterías de iones de fluoruro podría llevar a la creación de packs más pequeños y ligeros con una capacidad superior a los empleados en la actualidad, lo que permitirá no solo mejorar la autonomía de los coches eléctricos, sino también reducir su peso (normalmente mucho más elevado que el de un modelo de combustión) y ampliar el espacio útil del habitáculo.
Uno de los puntos más interesantes del proyecto es que los investigadores han optado por emplear un electrolito sólido en lugar de acuoso, una tecnología por la que Toyota está apostando con mucha fuerza (aunque la marca no comercializará sus primeras baterías de electrolito sólido hasta mediados de la década, ya cuenta con prototipos funcionales). Gracias al empleo de un electrolito sólido las baterías pueden prescindir de complejos sistemas de refrigeración.
El mayor problema de las celdas de iones de fluoruro es que solo funcionan a altas temperaturas, lo que a su vez provoca que los electrodos se dilaten. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Kyoto y Toyota afirman que el uso de una aleación de cobalto, níquel y cobre permite esquivar este problema.
Ya en 2018 científicos del Instituto de Investigación Honda, del Instituto de Tecnología de California y del Jet Propulsion Laboratory de la NASA lograron hacer operar celdas de iones de fluoruro a temperatura ambiente, sin necesidad de calentarlas. A pesar de todo, algunos expertos vaticinan que todavía queda mucho desarrollo por delante y que hasta la década de 2030 este tipo de baterías no llegará al mercado.
Fuente | Nikkei
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