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Investigadores europeos crean unas baterías de aluminio-azufre con una densidad energética de 400 Wh/kg, económicas y con visos de llegar a producción

Los coches eléctricos a baterías son considerados a día de hoy por el grueso de la industria automovilística como el futuro inmediato del sector. Por ello, son muchos los fabricantes (Bentley, Ford Europa, MINI, Smart, Volvo…) que han anunciado que a lo largo de la década abandonarán por completo los motores de combustión interna y electrificarán por completo sus gamas.

A pesar de ello, las baterías todavía deben evolucionar durante los próximos años para que los coches eléctricos puedan resultar competitivos frente a los térmicos. Dos de los focos están puestos en su densidad energética y en su coste, pues todavía ofrecen unas autonomías relativamente reducidas a precios comparativamente elevados.

Centrándose precisamente en estas dos problemáticas, los investigadores del proyecto europeo AMAPOLA (A Marketable Polymer based Al-S battery) han desarrollado unas baterías de aluminio-azufre que prometen combinar una densidad energética muy elevada con un coste reducido (algo que será posible gracias a que el aluminio y el azufre son dos elementos muy abundantes en la corteza terrestre).

Este consorcio está coordinado por HEMPOL (ICTP-CSIC) y cuenta con el apoyo de Varta Microinnovation y Tech2Market. Los investigadores involucrados proceden de la Universidad de Southampton, la Universidad Técnica de Dinamarca, la Universidad de Leicester y la Universidad Tecnológica de Graz. Todo el trabajo se basa en los logros obtenidos durante el anterior proyecto SALBAGE, que finalizó hace apenas unos meses.

Baterias de electrolitos

Las baterías desarrolladas por el proyecto AMAPOLA presentan una densidad de 660 Wh/l y 400 Wh/kg a nivel de celda. Entre otras cosas, habría que destacar el empleo de unos novedosos electrolitos altamente conductivos de gel polimérico y de disolventes eutécticos profundos de bajo precio. Esta combinación sobre el papel debería permitir construir packs baratos, ligeros y resistentes.

Uno de los objetivos del proyecto AMAPOLA es escalar y extrapolar sus desarrollos hasta una etapa de preindustrialización, por lo que estamos hablando de una tecnología con visos de llegar a las calles a medio plazo. Sin embargo, antes se tendrán que solucionar problemas como la formación de una capa de óxido en el ánodo de aluminio de las celdas.

Esta iniciativa ha obtenido una de las ayudas del programa FET Proactive de Horizonte 2020 de la Unión Europea, que busca la creación de nuevas tecnologías de corte rupturista. Los responsables del proyecto afirman que las baterías que están desarrollando casan con la estrategia europea, que persigue la creación de celdas basadas en materiales alternativos, abundantes y baratos.

Fuente | AMAPOLA

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