Desde hace algunos años la compañía Storedot ha perseguido el sueño de desarrollar una batería capaz de recargarse en el tiempo que necesita un coche de combustión en repostar. Un objetivo que necesitaba de una nueva tecnología que ahora ya tiene fecha para el inicio de su producción comercial.
Así lo ha confirmado la propia Storedot, que ha cerrado un acuerdo con el fabricante chino de baterías EVE Energy para la producción en masa de sus celdas con ánodo de silicio dominante, que este mismo año comenzará la fabricación de los primeros prototipos que pavimentará el desarrollo de las líneas de producción que deberían estar en marcha en 2024.
Como recordamos una de las claves de la tecnología de Storedot es el uso de una configuración de celdas en láminas, formadas por una combinación de nanomateriales y compuestos orgánicos que provocaban “reacciones no tradicionales”. La carga rápida se produce gracias a la transferencia de iones de un ánodo a un cátodo a una velocidad que no era posible antes de contar con esos materiales. Una configuración que según sus desarrolladores, permite recargas a más potencia, y además con más seguridad.
Para ello sus diseñadores han optado por una química que se diferencia del resto de baterías en aspectos como el contar con menos litio y más germanio o estaño. Además, también tienen agentes anti-degradación para prevenir una posible pérdida de capacidad prematura debido al uso intensivo de la carga rápida.
Según Doron Myersdorf, Director Ejecutivo de StoreDot: «Nuestra batería de ánodo de silicio dominante representa la siguiente etapa crucial de nuestro viaje para alinear la velocidad de carga, el coste y la autonomía ofrecida por nuestras baterías con los requisitos de la industria de los vehículos eléctricos. Estas capacidades se demostrarán a finales de este año a través de nuestro primer prototipo fabricado por EVE Energy «.
Esto quiere decir que a finales de este año los primeros clientes podrán recibir los primeros prototipos de las baterías de Storedot para iniciar las correspondientes pruebas para conocer el potencial o las limitaciones de esta prometedora tecnología.
Un sistema que tiene a su favor la búsqueda de la industria de formas más rápidas y seguras de cargar, por ejemplo en aplicaciones además de coches eléctricos, también en el transporte pesado por carretera e incluso el transporte aéreo con drones. Añadir a sus puntos fuertes que no requerirá grandes cambios en las líneas de producción ni en la configuración de las actuales celdas, que facilitará su adopción masiva por los fabricantes.
Quedan muchas preguntas por responder, como la vida útil, densidad energética y volumétrica, y sobre todo el precio que tendrá por kWh. Factores que determinarán su potencial y en qué sectores podrá tener acogida un sistema capaz de recuperar la autonomía de un coche eléctrico en pocos minutos, y que como vemos si todo se desarrolla con normalidad, en apenas tres años debería estar ya montada en los primeros vehículos.
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Fuente | Storedot
