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La política de biocombustibles de la UE impulsa la destrucción de la selva amazónica y otros ecosistemas

Las actuales políticas de biocombustibles de la Unión Europea están impulsando la demanda de soja, incentivando la destrucción de la selva amazónica y otros ecosistemas vulnerables. Pero desde Bruselas se podría detener esto de un plumazo, según afirma un ente independiente.

Según una de las últimas publicaciones de la organización sin ánimo de lucro y políticamente independiente, Transport & Environment (T&E), Maik Marahrens, Gerente Senior de Campaña, Biocombustibles y Energía, en Brasil, la expansión masiva de la agricultura está llevando la deforestación a nuevas alturas.

Los efectos de esta destrucción provocan enormes emisiones de carbono, dejando tras de sí un daño irreparable a la biodiversidad del planeta.

En concreto, en la selva amazónica oriental y en la vecina región del Cerrado, se están talando masivamente grandes extensiones forestales para dar paso a las plantaciones de soja.

Además de almacenar inmensas cantidades de carbono, estos ecosistemas forestales apoyan directa e indirectamente los medios de vida de millones de personas en toda América del Sur. Por lo tanto, tanto las personas como el clima sufrirán si se permite que esta destrucción continúe.

Cambiar la política

Union europea euro 7

Según T&E, la Unión Europea ha descuidado establecer regulaciones o directrices para el uso e importación de biocombustibles derivados de la soja. Dese la organización reclamada a Bruselas que reconozca la soja como un producto básico de alto riesgo de deforestación, reduciendo la demanda de soja en una de las economías más grandes del mundo.

«De un plumazo, la UE puede dejar de financiar la destrucción de ecosistemas vitales a través de políticas de biocombustibles miopes«, escribe Marahrens.

Política de biocombustibles deforestación

Para reducir las emisiones del sector del transporte, la Unión Europea está aumentando el uso de biocombustibles en el transporte por carretera, aéreo y marítimo.

Pero la producción de biocombustibles conlleva riesgos ambientales significativos por sí sola, de los que poco se trata en los medios. Los biocombustibles a base de aceite de palma, por ejemplo, se eliminarán en gran medida en toda la Unión debido al papel que desempeña la producción de aceite de palma en la destrucción de la selva tropical.

Sin embargo, no existe tal política para los biocombustibles a base de soja, a pesar de que la expansión de las plantaciones de soja es una de las causas clave de la deforestación tanto en las selvas amazónicas como en los bosques y sabanas del Cerrado.

«La eliminación gradual del aceite de palma simplemente verá un aumento en el uso de soja en la mezcla de biocombustibles de la UE«, recalca el Gerente Senior de Campaña, Biocombustibles y Energía de T&E.

A través de diferentes estudios e informes, la Comisión Europea ha demostrado que el uso de biocombustibles de palma y aceite de soja resulta en aumentos netos de las emisiones en lugar de reducciones.

Ignorar este hecho, provoca que el enfoque de la Unión Europea con respecto a los biocombustibles corra el riesgo de causar daños devastadores a grandes sectores de los ecosistemas naturales de América del Sur.

«En otras palabras: la política de biocombustibles de la UE causa una destrucción ecológica generalizada, empujando algunos de nuestros ecosistemas más importantes hacia su punto de ruptura«, según el autor del artículo.

Ecosistemas hacia el colapso

El peligro de estas prácticas es que los ecosistemas están a punto de llegar o han traspasado su punto de inflexión.

El aumento de las inundacionessequías incendios son una clara señal de advertencia de que el Amazonas está muy cerca de este punto de no retorno o incluso justo en él. También aumentan la liberación de carbono de la zona, acelerando el cambio climático.

Si se permite que este círculo vicioso continúe, hasta dos tercios de la Amazonía se convertirán en sabana. La sabana ahora ubicada al sur del Amazonas, el Cerrado, se convertirá en desierto, afirman desde T&E.

«Si dejamos que esto suceda, millones de personas se quedarán sin sustento. Sin agua y sin forma de cultivar su comida. La misma industria que causa esta destrucción, la producción de ganado y soja, colapsará«, sentencia Maik Marahrens.

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